Una buena forma de reducir la grasa saturada es limitar la proteína animal, como los quesos, la leche, los huevos y la carne. La gente quizás está comiendo demasiada carne, en detrimento del consumo de frutas y vegetales, dice el doctor William Connor, de la Universidad de Oregon. Se puede planear un consumo menor de carnes, pero hay que estar determinados e influidos por los conocimientos necesarios. Connor aconseja comer carne no como platillo fuerte, sino como condimento. Siempre se las puede uno ingeniar para evadir la carne, pero lamentablemente no tenemos una cultura de verduras y frutas. No nos han enseñado, ni en el hogar ni en los medios de comunicación, el valor de consumir estos alimentos. En su lugar, imitamos los malos hábitos que aprendemos en el hogar, y luego sucumbimos a la publicidad de comida “chatarra” tan promocionada en la televisión. No podemos establecer una determinación a mejorar nuestros hábitos y a extender nuestro tiempo de vida si no nos armamos de los conocimientos necesarios. Paso número uno: menos carnes.