Ya el mundo conoce la política china de “una familia, un hijo”. Tener más de un hijo es ilegal en China, pero en las áreas rurales es muy difícil que la política gubernamental draconiana se pueda hacer cumplir. Más de diez millones de infantes nacen cada año en el campo ilegalmente, que vienen a sumarse a otros hijos dentro de una familia. En la década pasada, y a pesar del terror que inspira la política del gobierno, la mujer promedio china tuvo 2.67 hijos. A principios de la década pasada, los abortos eran forzados para las mujeres que encargaban un segundo hijo, pero a medida que se ha descolectivizado el campo, ha sido más difícil regular los segundos nacimientos en familias que ya han tenido un hijo. A las parejas que se les sorprende encargando un segundo hijo, no solamente se les hace abortar y se les esteriliza, sino que se les multa y se les retiran los beneficios de la asistencia social. La prensa extranjera ha reportado que el número de abortos y esterilizaciones forzados es multimillonario. Y todavía así, los chinos crecen.