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México.- Hoy entra en vigor el Programa Nacional de Financiamiento del Desarrollo 2002-2006, que tiene como propósito mejorar las condiciones de vida y los ingresos de la población, lograr un crecimiento económico sostenible, combatir la pobreza y elevar la competitividad de México en el nuevo orden mundial.
Lo anterior implica la conducción responsable de la economía, y un entorno macroeconómico que promueva estabilidad, certidumbre, mayor eficiencia en la operación de los mercados y un sistema financiero sólido y efectivo que canalice el ahorro al financiamiento del desarrollo.
En un decreto publicado ayer en el Diario Oficial de la Federación, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), señala que por ello la estrategia del Programa se orientará a incrementar el ahorro interno privado y público para impulsar el gasto en inversión, los empleos y proyectos de inversión.
Establece que será de observancia obligatoria para las dependencias federales, en el ámbito de su competencia; por lo que cada dependencia o entidad federal deberá elaborar su propio programa anual, para integrar anteproyectos de presupuestos que les permitan cumplir con las metas fijadas.
La SHCP evaluará los avances en la ejecución y su apego a las disposiciones de la Ley de Planeación, y en caso de que las contravengan procederá en términos de la propia ley y de la Ley Federal de Responsabilidades Administrativas de los Servidores Públicos. A la Secretaría de la Contraloría y Desarrollo Administrativo corresponderá vigilar el cumplimiento de las obligaciones derivadas del Decreto.
Agrega que el objetivo de las finanzas públicas en el mediano plazo prevé un notable esfuerzo de ahorro por parte del sector público, y establece líneas de acción para que la utilización del ahorro externo de largo plazo sea sólo complementario y no sustituto de las fuentes internas de ahorro.
Con todos estos puntos, el Programa Nacional de Financiamiento del Desarrollo 2002-2006 proveerá elementos para lograr la inserción de la economía mexicana en el nuevo orden mundial, mediante un crecimiento sólido y equitativo que promueva la integración de todos los sectores sociales y regiones del país, brinde adecuadas oportunidades de desarrollo social y humano.