ESTOCOLMO (AP).-
Los galardonados, vestidos con levita y moño blanco, recibieron los premios de literatura, física, química, medicina y economía de manos del rey Carlos XVI Gustavo en el escenario de la sala Konserthuset.
El premio de la paz fue entregado horas antes al ex presidente estadounidense Jimmy Carter. Esta ceremonia fue realizada en Oslo, Noruega, de acuerdo con el testamento del industrial sueco Alfred Nobel, quien instituyó los premios.
Cada premio incluye una bolsa de 10 millones de coronas (un millón de dólares).
El judío húngaro Imre Kertesz recibió el premio de literatura por sus novelas que describen la vida en los campos de concentración nazis. En una breve presentación, el académico sueco Torgny Lindgren calificó la primera novela de Kertesz, "Sorstalansag" (Sin destino), publicada en 1975, de "crónica aparentemente sencilla, descarnada y sin pretensiones de la vida y sufrimientos de un joven en Auschwitz, Zeitz y Buchenwald".
Con la medalla de oro y el diploma, Kertesz recibió la ovación más fuerte de todas.
En Budapest, Hungría, casi 200 personas afrontaron el frío en una plaza pública donde se había montado una gran pantalla para la ceremonia.
Entre las entregas de los galardones, la Filarmónica Real de Estocolmo llenó la sala decorada con flores con los sones de Schubert, Bach y Vivaldi. El japonés Masatoshi Koshiba, ganador del premio de física, acompañaba la Sinfonía Nro. 5 en Si bemol de Schubert con suaves movimientos de la cabeza.
"Qué sería de la vida sin proteínas", dijo Astrid Graeslund, miembro del jurado en química, al presentar a los ganadores, el estadounidense John B. Fenn, el japonés Koichi Tanaka y el suizo Kurt Wuethrich.
Los tres científicos inventaron procedimientos para la identificación de proteínas y la producción de imágenes tridimensionales de éstas.
Koshiba junto con los estadounidenses Raymond Davis y Riccardo Giacconi ganaron el premio de física por utilizar algunas de las partículas y ondas menos conocidas de la naturaleza para incrementar el conocimiento del universo.
El rey rompió con la tradición cuando cruzó todo el escenario para entregar el galardón a Davis. Lo tradicional es que el rey y el premiado se encuentren en el centro del escenario.
El premio de economía, no estipulado en el testamento de Nobel, fue para el ciudadano estadounidense e israelí Daniel Kahneman y el norteamericano Vernon L. Smith, quienes combinaron la psicología y la economía para explicar cómo las personas toman decisiones en condiciones de incertidumbre.
Los británicos Sydney Brenner y John E. Sulston compartieron el premio de medicina con el norteamericano H. Robert Horvitz por sus investigaciones sobre el crecimiento de los órganos y la muerte de las células, un trabajo que abre caminos para el tratamiento del cáncer y otras enfermedades.
En su discurso inaugural, el presidente del directorio de la Fundación Nobel, Bengt Samuelsson, observó que la mitad del trabajo de investigación mundial está concentrado en Estados Unidos.
"Para aprovechar la base de conocimientos científicos y técnicos del mundo, cada país debe construir su competencia científica", afirmó.
Autobuses, limusinas y taxis aguardaban en la plaza oscura frente a la sala de conciertos para llevar a los premiados y unos 1,300 invitados al banquete tradicional en la municipalidad.
Un asiento en el banquete es uno de los honores más codiciados en esta nación escandinava de casi 9 millones de habitantes. Aparte de la familia real, se encontraban el primer ministro sueco Goeran Persson, su colega húngaro Peter Medgyessy y el ministro de Educación japonés Atsuko Toyama.
Los Premios Nobel son anunciados en octubre y entregados el 10 de diciembre, aniversario de la muerte, en 1896, de Nobel, inventor de la dinamita. Fueron entregados por primera vez en 1901.