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Error de diciembre/Jaque Mate

Sergio Sarmiento

“Tan fácil es censurar los errores como difícil no incurrir en ellos”.

Polibio

Hace ocho años tuvo lugar en nuestro país el llamado “error de diciembre”. Lo sucedido en ese entonces sigue generando debate político, como lo demostró la insistencia de Carlos Salinas de Gortari, en su reaparición del nueve de diciembre en Washington, de que ese error había sido el verdadero y único generador de la crisis económica del 95 y del desplome del sistema bancario mexicano.

La noche del 19 de diciembre de 1994 -apenas tres semanas después de que Ernesto Zedillo tomó posesión como presidente— hubo una reunión nocturna en Los Pinos de lo que entonces se llamaba el Pacto de Solidaridad Económica, un grupo cupular de organizaciones sindicales y empresariales. En esa reunión se tomó la determinación de “ampliar la banda de flotación” del peso de un techo de 3.50 a cuatro pesos por dólar. Esa medida equivalía a una devaluación de poco menos del 15 por ciento. Pero el peso aguantó sólo dos días en su nuevo nivel antes de que el Banco de México tuviera que retirarse definitivamente del mercado cambiario y el peso se desplomara.

Al tratar de limitar la depreciación a 15 por ciento, el Gobierno dejó el peso sujeto a presiones especulativas. En retrospectiva queda claro que habría sido mucho mejor retirar al Banco de México desde un principio del mercado cambiario, dejando que el pánico corriera y el peso alcanzara su verdadero valor de mercado después de cierto tiempo. Pero, por supuesto, siempre es muy fácil lidiar los toros desde la barrera. Se dice que algunos de los empresarios y líderes sindicales que participaron en la reunión del 19 de diciembre aprovecharon la información que recibieron para realizar compras de dólares y beneficiarse de la devaluación. Esta acusación la ha reiterado recientemente el propio ex presidente Salinas. La verdad, sin embargo, es que los participantes de esa reunión no tuvieron forma de adelantarse a la apertura del mercado en la mañana del 20 de diciembre. Las compras masivas de dólares que se realizaron el 20 y el 21 de diciembre no parecen haber sido consecuencia de una información privilegiada sino del pánico generado por la devaluación.

El hecho de que la devaluación haya sido mal realizada, sin embargo, no explica toda la crisis del 95. El déficit de cuenta corriente, que alcanzó en 1994 los 29 mil millones de dólares u ocho por ciento del producto interno bruto, era muy elevado. Si bien hasta febrero de 1994 este déficit se había financiado sanamente con flujos de capital, desde el asesinato del candidato presidencial Luis Donaldo Colosio en marzo la inversión abrió paso a una fuga intermitente de capitales que redujo las reservas internacionales de 29 mil millones de dólares a 10,500 millones para el 19 de diciembre.

El Pacto de Solidaridad Económica, que en un momento había sido un eficaz instrumento para darle estabilidad a la economía mexicana, se convirtió en el 94 en una camisa de fuerza por su control del tipo de cambio. A final de cuentas, Salinas cometió el mismo error que Luis Echeverría y José López Portillo antes de las devaluaciones de 1976 y 1982: trató de oponerse a una tendencia fundamental del mercado.

Evidentemente sí hubo un error de diciembre. La devaluación, una vez que ésta se volvió necesaria, se llevó a cabo con torpeza. Pero la cadena de errores se inició con anterioridad. El gobierno de Salinas no supo entender que la fuga de capitales no era un simple pánico temporal por el asesinato de Colosio sino una respuesta de los inversionistas a una preocupación más fundamental: la percepción de que el déficit de cuenta corriente era demasiado elevado en vista de las dificultades políticas que el país estaba enfrentando.

El daño que causó la devaluación fue enorme. Si bien las dificultades de la banca empezaron desde antes, el desplome del peso y el aumento de las tasas de interés se convirtieron en el golpe realmente mortal para el sistema bancario, el cual sufrió un aumento espectacular de su cartera vencida. El costo de la quiebra bancaria lo pagaremos los mexicanos durante décadas.

Hay responsabilidad de lo ocurrido en el Gobierno de Zedillo y también en el de Salinas. Pero también hay lecciones positivas. El hecho de que el peso se haya mantenido desde entonces en una libre flotación ha sido muy positivo para la economía. A fuerza de golpes los políticos han entendido que nadie, ni siquiera un presidente poderosísimo, puede oponerse a la fuerza del mercado.

Superávit

Gracias al TLC México sigue aumentando su superávit comercial con Estados Unidos. En octubre el registro fue de 3,455 millones de dólares, el segundo mayor de la historia. En los diez primeros meses de 2002 el acumulado alcanzó 31,557 millones de dólares.

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