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MADRID, ESPAÑA.- Las tormentas que azotaron la costa noroccidental durante varios días se aplacaron ayer, lo que permitió a los barcos anticontaminantes extraer parte del petróleo del barco hundido Prestige.
Sin embargo, una prohibición cautelar a la pesca se extendió para abarcar unos 500 kilómetros de las costas.
Antonio Carro Morano, vocero del ministerio del interior en La Coruña, dijo que tres barcos de España, Holanda y Francia están operando a unos 150 kilómetros del Cabo Finisterre donde el derrame petrolero se fragmentó.
Buques de Alemania, Gran Bretaña, Bélgica y Holanda se sumarán a la operación de limpieza esta semana para limpiar el petróleo que ha manchado las costas de la región de Galicia durante una semana. El derrame ha causado graves daños ecológicos y ha afectado la industria pesquera que es vital para la economía de la región.
Mientras tanto, trabajadores y voluntarios de grupos ambientalistas seguían despejando las playas el lunes.
Intensos vientos del sudoeste han desplazado la mancha petrolera hacia el noroeste, más cerca de las costas españolas y en dirección de Francia, obligando al gobierno regional a extender la veda de pesca de Ribeira a Cerdeira.
El tanquero Prestige, de bandera bahameña, se partió en dos y se hundió el martes, y casi toda su carga petrolera se derramó en el océano y se hundió a más de tres kilómetros en el lecho marino.
Hasta ahora se han recogido unas 1.245 toneladas del combustible de las playas españolas, del total de 11.000 que el gobierno calcula se derramó del barco destruido. Las organizaciones ambientales dicen que fue el doble.
Las autoridades portuguesas dijeron el domingo que el Prestige seguía derramando pequeñas cantidades pero que la filtración disminuía. España ha cuestionado la precisión de los informes portugueses.
Según España, los expertos confirman que no ha habido indicios de derrame desde que el buque cisterna se hundió y que la mayor parte de sus 77.000 toneladas en su interior posiblemente se solidificaron en el lecho del Atlántico.