AP
WASHINGTON.- Estados Unidos ha encontrado en México, uno de sus mayores aliados estratégicos, una inesperada resistencia para la aprobación de una resolución que abra la posibilidad de un ataque estadounidense inmediato a Iraq.
El sordo choque de posiciones se está dando en el seno del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, del cual México ha sido miembro por un año y le queda aún otro más en el asiento.
La resistencia ha llegado a tal grado que México ha advertido ahora abiertamente a Estados Unidos que si las presiones continuaban, para que la resolución saliera de procedimientos poco convencionales, se estaba amenazando la unidad del propio Consejo de Seguridad.
El secretario de Estado Colin Powell ha estado gestionando el pasado fin de semana una armonización de criterios con su colega mexicano Jorge Castañeda, así como de otros países que han opuesto cierta resistencia, como Francia, Rusia y China. Estos tres últimos son miembros permanentes con poder de veto.
Richard Boucher, vocero del Departamento de Estado, mencionó esos contactos en una charla con reporteros. Dijo que como consecuencia de la resistencia, el gobierno del presidente George W. Bush iba a hacer algunas “revisiones” de su borrador de resolución para tomar en cuenta las posiciones de los otros países.
México y los demás países que se oponen a ese borrador, aprobado ya por Gran Bretaña, objetan que una amenaza a Irak con la guerra sea el recurso final del proceso, luego que los inspectores de las Naciones Unidas hayan realizado nuevas búsquedas de armas químicas y biológicas en Irak.
La posición fue reiterada el lunes por el presidente Vicente Fox en la capital mexicana.