Reuters
SANTIAGO, CHILE.- Las naciones de América rechazaron enérgicamente el terrorismo en el continente e instaron a enfrentar mancomunadamente las nuevas amenazas contra la seguridad internacional, al clausurar ayer la V Conferencia de Ministros de Defensa de las Américas.
En la declaración final del encuentro, realizado esta semana en Santiago, los ministros plantearon la necesidad de incrementar la cooperación para encarar el terrorismo, el tráfico de drogas y de armas, considerados como los nuevos riesgos transnacionales que amenazan a las democracias.
"Los ministros de Defensa de las Américas declaran (...) el rechazo más enérgico a toda forma de terrorismo, cuyo accionar amenaza los principios más fundamentales de la civilización", señaló la declaración final.
"El combate contra el terrorismo demanda un esfuerzo especial para incrementar la cooperación internacional", agregó.
Bajo ese precepto, los altos funcionarios de 34 países condenaron los atentados perpetrados contra de Estados Unidos en septiembre del 2001, que dejaron cerca de 3,000 muertos, lo que reafirma, dijeron, el principio de la solidaridad hemisférica.
Pese al rechazo conjunto a los ataques sufridos por el país del norte, los representantes de las naciones americanas acogieron tímidamente las propuestas de seguridad para la región expuestas por la delegación de Estados Unidos, que encabezó el secretario de Defensa de ese país, Donald Rumsfeld.
La declaración final sólo "tomó nota" de las iniciativas de Rumsfeld, como crear estrategias para desarrollar operaciones conjuntas de paz en la región, acciones que han sido vinculadas con la posibilidad de actuar en conjunto en escenarios de conflicto interno, como Colombia.
La misma débil acogida tuvo la sugerencia de Rumsfeld de desarrollar maniobras navales combinadas para encarar delitos transnacionales como el narcotráfico de estupefacientes del mundo y Colombia, Perú y Bolivia, algunos de sus mayores proveedores.
Como contrapartida, los ministros apoyaron en plan de seguridad planteado por el gobierno colombiano de Álvaro Uribe, tendiente a frenar la ola de violencia que sacude a ese país y que ha recrudecido tras interrumpirse el proceso de paz que lideró su antecesor, Andrés Pastrana.
Los ministros coincidieron en que la estrategia de las autoridades colombianas constituye un elemento indispensable para la vigencia del estado de derecho y la democracia, "que están siendo afectadas por actividades terroristas y otras formas de crimen transnacional organizado".