Reuters
NACIONES UNIDAS/BAGDAD.- Funcionarios de Estados Unidos comenzaron a estudiar ayer la voluminosa declaración sobre los programas de armas de Iraq, luego de que la ONU les entregó una copia tras revertir una decisión anterior del Consejo de Seguridad, dijeron diplomáticos.
El acuerdo para que Estados Unidos obtuviera una copia sin revisar del informe fue alcanzado sutilmente, revirtiendo una decisión tomada el viernes por los 15 países miembros del consejo.
El Consejo de Seguridad temía que secretos técnicos sobre la fabricación de armas nucleares, biológicas o químicas cayera en manos equivocadas si circulaba el documento sin antes ser revisado.
Tras negociaciones el fin de semana entre expertos de armas de la ONU y diplomáticos estadounidenses y de los otro cuatro miembros permanentes del consejo -Gran Bretaña, Francia, Rusia y China, todas potencias nucleares- se acordó que los cinco tuvieran acceso a las 12.000 páginas, dijeron diplomáticos.
“El objetivo (anterior) era mantener la información lejos de las manos de aquellos que pudieran utilizarla para fabricar bombas. Pero los que ya sabemos cómo hacerlas no aprenderíamos nada al contar con el informe completo”, dijo un diplomático de uno de los países miembros permanentes del consejo.
La copia “ya está en Washington”, dijo un funcionario del gobierno del presidente George W. Bush.
Se espera que expertos estadounidenses busquen discrepancias entre el informe de 12.000 páginas que contiene la declaración de los iraquíes y lo que la inteligencia norteamericana cree que sabe con respecto a los presuntos intentos iraquíes para desarrollar armas prohibidas.
Bagdad sostiene que el documento, que todavía no ha sido difundido públicamente, demuestra que Iraq no tiene armas de exterminio masivo, una posición que choca con las denuncias de Washington.
Expertos de la ONU en Nueva York y Viena también comenzaron a estudiar la declaración de Iraq para establecer si responde satisfactoriamente a las demandas de que se desarme y evite una guerra con Estados Unidos.
La Casa Blanca dijo que no emitirá juicio “hasta que Estados Unidos esté en una posición en la cual pueda estudiar en forma completa y exhaustiva” la declaración iraquí, dijo el portavoz Ari Fleischer.
Sin embargo, funcionarios estadounidenses afirman que tienen sus propias pruebas de que Iraq ha continuado desarrollando su programa de armas químicas, biológicas y nucleares e insisten en que, si es necesario, Washington emprenderá acciones militares para desarmar a Iraq.
Juegos de guerra
Ataques contra Iraq forman parte del escenario militar que se considera en un amplio ejercicio militar que Estados Unidos comenzó ayer en el estado árabe de Qatar, donde opera la nueva jefatura móvil del Comando Central de Estados Unidos bajo la dirección del general Tommy Franks.
El subsecretario de Estado norteamericano Richard Armitage dijo que el presidente Bush había sido “paciente”.
“El preferiría que Iraq se desarme a sí misma”, dijo a los periodistas durante una visita a Tokio. “Pero, como dijo el presidente, si Iraq no se desarma, entonces, eventualmente, Iraq será desarmada”.
Un alto asesor del presidente Saddam Hussein sugirió el domingo que Iraq estuvo alguna vez cerca de fabricar una bomba atómica. Incluso invitó a la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) para que determine cuán cerca estuvo Iraq de lograrlo.
“Tenemos toda la documentación, desde el diseño a todo lo demás. Todavía no hemos llegado al ensamblaje final de una bomba ni la hemos probado”, dijo Amir al-Saadi a los periodistas.
“Le corresponde a la AIEA juzgar qué tan cerca estuvimos”, agregó. “Si yo digo que estuvimos cerca sería subjetivo”.
El portavoz de la AIEA, Mark Gwozdecky, dijo en Viena que esa declaración “era consistente con lo que se encontró entre 1991 y 1998”, por lo que la agencia de la ONU no se sorprendió.
“Nunca especulamos sobre cuán cerca estuvo Iraq de contar verdaderamente con un arma”, dijo, señalando que permanecían cuestiones sobre si Iraq había abandonado su programa nuclear y determinar cuáles países lo habían ayudado.
Horas después de que la declaración llegara a la sede de las Naciones Unidas procedente de Bagdad, los inspectores de la ONU reanudaron su búsqueda en sitios iraquíes sospechosos de ocultar armas y regresaron a un complejo que fue centro de anteriores intentos de construir una bomba atómica.
Los inspectores de armas, que reanudaron sus tareas en Iraq el mes pasado por primera vez en cuatro años, revisaron ayer el Centro de Investigación Nuclear al-Tuweitha, unos 20 kilómetros al sur de Bagdad, por tercera vez desde que llegaron al país.
La instalación tuvo en su interior el reactor Osirak, bombardeado en 1981 por Israel. Varias toneladas de uranio han sido selladas por la AIEA en la planta Tuweitha desde 1998.
Otros expertos inspeccionaron un complejo militar industrial cerca de la aldea de Fallujah, 90 kilómetros al noroeste de Bagdad, que fue intensamente investigado por la ONU y bombardeado por aviones de guerra occidentales en la década de 1990 por ser un supuesto centro de armas químicas.
¿Un año de inspecciones?
Cuando se le preguntó si el proceso de inspecciones de armas podría demorar hasta un año, el director general de la AIEA Mohamed ElBaradei dijo en Tokio: “Creo que eso es correcto”.
La ONU ordenó a Iraq destruir sus armas de exterminio masivo después de la invasión al rico estado petrolero de Kuwait en 1990. Las tropas iraquíes fueron expulsadas de Kuwait en la Guerra el Golfo en 1991.
Los expertos de la AIEA, el cuerpo de vigilancia nuclear de la ONU, recibieron en su sede de Viena el domingo una sección del documento iraquí de unas 2.000 páginas.
La declaración iraquí es también estudiada en la sede de la agencia para la inspección y supervisión de armas de la ONU en Nueva York (UNMOVIC), que regula las actividades químicas y biológicas. El jefe inspector de armas de la ONU, Hans Blix, dijo que su equipo comenzaría de inmediato a trabajar sobre el documento.
Los diplomáticos dijeron que el documento iraquí no será difundido al menos por una semana, ya que primero se extraerá la información que otras naciones o grupos terrorista pudieran utilizar para construir armas.
Las primeras declaraciones sobre el documento probablemente se conocerán hoy, cuando Blix asista al almuerzo mensual de los embajadores de los 15 miembros del Consejo de Seguridad con el secretario general de la ONU, Kofi Annan.