Oporto (Portugal)(EFE).- Investigadores de la Universidad de Aveiro (norte de Portugal) trabajan para crear un producto sintético como sustituto de la sangre en urgencias, cirugías y trasplantes, reveló hoy Isabel Marrucho, componente del equipo.
La investigadora explicó que el proceso de búsqueda de alternativas a la sangre para usos médicos ha sido lento, pero es una necesidad el empleo de compuestos artificiales, sintéticos e inocuos, ante la existencia de enfermedades transmisibles, como la hepatitis o el sida.
El equipo de la Universidad de Aveiro sostiene que los perfluorocarbonetos (PFC) surgen ahora como una nueva luz al fondo del túnel, en la que trabajan y que es un proyecto pionero en Portugal.
Marrucho aseguró que ya se han conseguido resultados prometedores y que "estos compuestos podrán actuar como substitutos de la sangre en la función de transporte del oxígeno, porque tienen mayor capacidad que la hemoglobina de hacer soluble éste elemento y el dióxido de carbono".
Además, esas sustancias presentan otras ventajas, como no ser tóxicas, ser biocompatibles, no ser absorbidas por los tejidos y presentar una baja tensión superficial.
Al ser administrados al torrente sanguíneo, alegan los estudiosos, aumentan la disponibilidad de oxígeno en el organismo y pueden llegar a sustituir a la sangre en su transporte.
La mencionada investigadora explica que "no existe un compuesto ideal y cada tejido tiene sus propias necesidades de oxígeno, y por eso se intenta crear un sustituto de la sangre para cada aplicación y lograr una mezcla de PFC con las propiedades más adecuadas".
Los expertos señalan que la mayor parte de los productos creados hasta ahora como sustitutos de la sangre no son ideales para emergencias, por su efecto hipertensor, y en este caso también ofrecen ventajas los PFC, que al no ser absorbidos por los tejidos, como sucede con la hemoglobina, tienen baja tensión superficial.
Precisamente son las urgencias traumáticas uno de los casos a los que se pretende beneficiar con la investigación en marcha en Aveiro, puesto que entrañan pérdidas elevadas de sangre que hay que reponer de inmediato para restaurar la capacidad de transporte de oxígeno.
Isabel Marrucho señaló que el empleo de sustitutos de la sangre en casos de urgencia también servirá para eliminar la negativa de ciertos grupos religiosos a recibir transfusiones sanguíneas en caso de urgencia.
Los PFC, según los investigadores, tienen un período máximo de retención en el organismo de dos semanas, transcurridas las cuales son eliminados por los pulmones o por vía urinaria.