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Washington, EU.- La Casa Blanca reiteró ayer la amenaza de que Estados Unidos está dispuesto a usar armas nucleares para eliminar una amenaza a su seguridad nacional por parte de países hostiles o grupos terroristas.
Como parte de la Estrategia Nacional para Combatir Armas de Destrucción Masiva (ENCADM), el presidente George W. Bush firmó la orden ejecutiva que le reserva el derecho de lanzar una ataque masivo contra países que amenacen su seguridad y la de su aliados.
La Casa Blanca señaló que la decisión de Bush es una especie de advertencia a los países hostiles o grupos terroristas de que pueden ser el blanco de un ataque nuclear si planean desarrollar armas químicas, biológicas y atómicas contra Estados Unidos.
“En un estilo comprensivo denota el hecho de que actuaremos contra el desarrollo de armas de destrucción masiva a través de la no proliferación (de armas) y si es necesario con una respuesta (nuclear)”, declaró Ari Fleischer, vocero de la Casa Blanca.
La administración Bush enfatizó que la activación de la ENCADM demuestra la seriedad con la que Estados Unidos toma la necesidad de evitar la proliferación de armas de destrucción masiva con fines terroristas o que puedan tener a la mano los países hostiles.
Bajo la nueva directriz de defensa rehabilitada por el presidente Bush, Estados Unidos se mantendrá pendiente de las acciones armamentistas de Iraq, Irán, Libia y Corea del Norte, países a los que califica como “hostiles”.
La advertencia explícita de Bush fue difundida por la Casa Blanca en un documento de seis páginas desclasificadas y se hizo pública cuando la Organización de las Naciones Unidas (ONU) investiga si Irak tiene en su poder armas químicas, biológicas y nucleares.
En 1991, dos semanas antes de que iniciara la Guerra del Golfo Pérsico, el entonces secretario de Estado, James Baker, hizo esta misma advertencia que en ese momento tenía el objetivo de evitar que algunos países aliados de Iraq se unieran a Saddam Hussein.
Fleischer rechazó el argumento de que Bush lanzó la advertencia como parte de una estrategia dirigida específicamente a tres de los cuatro países hostiles, Libia, Irán y Corea del Norte, al tomar en cuenta que Irak está bajo revisión de Naciones Unidas.
“Es un argumento que define la seriedad con la que Estados Unidos toma a la proliferación de armas de destrucción masiva, en el evento de que puedan será utilizadas contra la seguridad nacional de nosotros o de un país aliado”, acotó Fleischer.
La administración Bush también rechazó que esta determinación del presidente Bush sea interpretada como una violación de acuerdos internacionales de armas por parte de países que tienen en su poder tecnología nuclear, sobre todo Rusia.