AP
NUEVA YORK, EU.- Con expresiones vagas y afirmaciones contradictorias, las agencias de inteligencia y los analistas privados han delineado un panorama incierto acerca de los armamentos iraquíes y su capacidad para causar una destrucción en gran escala.
Una revisión cuidadosa de algunos reportes recientes muestra que, en algunas ocasiones, las organizaciones estadounidenses y británicas de inteligencia se contradicen, lo mismo que algunos especialistas. Otras veces, los expertos no sustentan sus afirmaciones sobre Iraq y sus armas nucleares.
Por ejemplo, un pasaje pertinente en el reporte de la inteligencia estadounidense dice que Irq "podría" haber adquirido tecnología para acelerar sustancialmente la producción de material para bombas atómicas. Sin embargo, no aporta ninguna evidencia concreta, y la inteligencia británica sugiere lo contrario: que las sanciones de la ONU han impedido que dicho equipo caiga en manos iraquíes.
Por su parte, los británicos se refieren vagamente al uranio "africano" buscado por Iraq, pero no dicen en qué década habría ocurrido ello y ningún otro reporte lo menciona.
Los datos ausentes de los documentos pueden ser más significativos que la información incluida: A comienzos de septiembre, el presidente George W. Bush declaró que una serie de fotografías tomadas por un satélite demostraba que Iraq había reanudado su programa de armas nucleares.
Sin embargo, en los informes posteriores, ni las dependencias estadounidenses ni las británicas mencionaron siquiera esas fotografías.
Bagdad ha nublado aún más la realidad con sus respuestas a las acusaciones, en las que no reconoce que haya obstaculizado las revisiones anteriores de la ONU sobre su armamento ni que haya impedido la entrada de los inspectores durante cuatro años.
Esta cortina de humo tendida por Iraq vuelve borroso el debate público acerca de sus armamentos en un momento crítico.
Las ambigüedades llevaron a los dos periódicos de Washington a sacar en sus encabezados conclusiones muy distintas de una evaluación formulada por el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS), con sede en Londres.
"Iraq carece de material para una bomba nuclear, dice estudio", informó The Washington Post, mientras que el Washington Times encabezó: "Reporte: Iraq cerca de una realidad nuclear".
Los inspectores de la ONU regresaron ya a Bagdad para seguir investigando si Iraq trata de fabricar armas nucleares, químicas y biológicas, en un desafío a las resoluciones del Consejo de Seguridad.
Sin embargo, el equipo podría tardar meses en llegar a alguna conclusión, y hasta entonces, mientras el mundo sopesa una posible guerra con Iraq, la revisión pública más detallada sobre el asunto sigue estando en los reportes de las agencias estadounidenses y británicas, así como en el IISS. Las otras fuentes de información son las respuestas iraquíes y los análisis de seguimiento por parte de algunas organizaciones como el Fondo Carnegie para la Paz Internacional de Washington.
Una y otra vez, la perspectiva es confusa. Una serie de tubos de aluminio en poder de Iraq representa otro ejemplo.
Los iraquíes presuntamente buscaron comprar miles de tubos de aluminio sumamente reforzado durante los últimos dos años. Un documento de 25 páginas de la CIA, emitido el 4 de octubre, señala que ese material está prohibido, y añade que "la mayoría de los especialistas en inteligencia" cree que los productos servirían como cilindros centrales de centrífugas para enriquecer el uranio destinado a las bombas.
No obstante, otro documento de 50 páginas divulgado el 24 de septiembre por el primer ministro británico Tony Blair señala que "no hay datos definitivos de inteligencia" para confirmar que los tubos iban dirigidos a un programa nuclear.
La compra de esos productos no está prohibida por las sanciones contra Iraq, pero queda sujeta a la aprobación y supervisión de la ONU, ya que los tubos tienen un uso doble, para fines nucleares y de otra índole.
El gobierno iraquí aborda el asunto en una respuesta de 6,000 palabras, en la que señala que las centrífugas no utilizan aluminio. Los diseños primitivos si requerían ese material, pero Iraq empleaba ya compuestos más avanzados cuando trató de crear centrífugas antes de la Guerra del Golfo Pérsico (1990-91), después de lo cual, los inspectores desmantelaron los elementos descubiertos del programa nuclear.
El físico David Albright, ex inspector de la ONU, no está convencido de que los tubos hubieran sido utilizados en centrífugas. "Los iraquíes podrían hacer algo mucho mejor", opina.
En un análisis detallado, el grupo de Albright en Washington, el Instituto para la Ciencia y la Seguridad Internacional, destaca que Iraq ha importado durante mucho tiempo esa tubería para usos distintos al bélico. Señala que los expertos están más preocupados por los componentes más sofisticados y difíciles de obtener que los cilindros para una centrífuga.
La antigua sede de esa centrífuga, y las fotos de nuevas labores de construcción en la zona, constituyeron las evidencias que según Bush, demostraban la reanudación del programa para fabricar una bomba nuclear.
"No sé qué otra prueba podamos necesitar", dijo Bush en septiembre, cuando trataba de reunir apoyo para una potencial acción militar de Estados Unidos contra Iraq.
Sin embargo, las fotos no dan una idea clara sobre la nueva función del edificio. Decenas de periodistas extranjeros visitaron posteriormente el lugar, al-Furat, escoltados por guardias israelíes, y ninguno reportó haber visto una centrífuga. El tema de las fotos estuvo ausente en los reportes de inteligencia de Estados Unidos y Gran Bretaña.
"Estas fotos proporcionan un débil respaldo sobre cualquier acción militar", dijo Albright.