México, D.F.- El líder del PRI, Roberto Madrazo, criticó ayer las “aventuras personales” dentro del tricolor, así como contra las “consignas” de corrientes internas o de grupo que sólo auguran para el PRI escenarios de “tribalismo” y de “complot” contra sus principios.
En el Partido Revolucionario Institucional (PRI) no habrá futuro para “actitudes protagónicas o individuales”, advirtió durante un acto de “unidad” partidista al que no asistió la secretaria general priísta, Elba Esther Gordillo, ni prominentes labastidistas como Genaro Borrego Estrada, Beatriz Paredes o Diódoro Carrasco.
Programado para una asistencia de 85 comensales -de los que asistieron 62- con un “donativo” de 200 pesos por persona, la reunión de la Unidad Nacional del PRI fue, sin embargo, el marco para el regreso a la política de figuras como el ex líder de ese partido, José Antonio González Fernández, quien hace dos años había anunciado su retiro.
Ahí, a puerta cerrada, ante ese foro de caras tensas y de rostros crispados, Madrazo admitió que el PRI vive un momento de “enormes desafíos” internos y externos, en los que no hay espacio para el inmovilismo o para el dictado de “línea” para quienes no quieren asumir riesgos.
Tampoco hay futuro en esta nueva etapa de nuestra organización -dijo- para estas actitudes protagónicas, individuales, que confunden las legítimas aspiraciones de carácter colectivo que la militancia tiene.
“Si actuamos bajo consignas individuales o personales; de grupo o de corrientes internas, llegaremos a convertir al partido en sólo un escenario de tribalismo, de simulación y de complot contra nuestros principios”, sentenció ante sus correligionarios entre los que se encontraban 10 ex presidentes del PRI.
Ahí, en ese acto de adhesión, Madrazo hizo un llamado, “por el bien del partido”, a estar unidos y a trabajar con visión de futuro, “no de individualidades, no de proyectos personales ni de aventuras propias, sino de preservar la valía de un partido moderno, abierto, plural, democrático, incluyente y competitivo en lo electoral”.
Estaban ahí los líderes de sectores: Leonardo Rodríguez Alcaine, del obrero, y Manlio Fabio Beltrones, del popular; no así Heladio Ramírez López, del sector campesino, que mantiene en los hechos su diferendo con el líder de su partido luego de que éste acudió a un acto de la disidencia de la Confederación Nacional Campesina (CNC).
Además de González Fernández estaban también presentes ex líderes del partido como Fernando Ortiz Arana, María de los Ángeles Moreno, Domínguez Barrera, sólo faltaban Humberto Roque y Duce María Sauri.
Ante éstos, el PRI requiere la unidla legalidad y la integridad jurídica de sus integrantes. “Hoy en el PRI no hay derrotados, porque todos hemos triunfado y esa debe seguir siendo la consigna fundamental en la vida de nuestra organización”, señaló.
“Hay libertad para hablar, para disentir, para discutir, pero hay obligatoriedad para cumplir los mandatos colectivos”, sentenció tras reiterar que el PRI ha dejado atrás los perniciosos “apellidos sexenales”.
En reunión a puerta cerrada, convocados a las 9:00 de la mañana en lujoso hotel al sur de la ciudad, ex gobernadores, ex secretarios de Estado y diputados federales se dieron cita para escuchar la convocatoria de otro de sus ex líderes nacionales, Mariano Palacios Alcocer, quien de plano los llamó a recuperar “las alianzas internas”.
Unidad interna, dijo, como condición indispensable para la acción eficaz del partido en la lucha electoral. “Si somos capaces de dirimir democráticamente nuestros conflictos y tensiones y si somos capaces de demostrar un sólido programa de reivindicaciones populares, el PRI es desde ya genuina alternativa de gobierno”.
Palacios Alcocer enderezó una severa crítica en contra del gobierno de Vicente Fox, a quien catalogó como un Presidente “sin visión de Estado”, incapaz de cumplir sus promesas de campaña y apoyado en un gabinete “a todas luces inepto y dividido”.
Cuestionó nuevamente a la Contraloría, a la que catalogó nuevamente como un instrumento de “persecución de los adversarios políticos”, y a la PGR que, “a través de múltiples fiscales especiales parece más interesada en desentrañar el sentido de la historia sobre hechos prescritos.
Pero la crítica no quedó ahí, pasó también por el PAN, partido que, según dijo, “da tumbos ideológicos” y que por diferencias internas “revienta en la Cámara de Diputados la comparecencia de su secretario de Gobernación”.