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Lima, Perú.- El Comité Internacional de Emergencia de Sendero Luminoso (CIES) pidió a las Naciones Unidas recomendar al gobierno peruano la restitución de los derechos del encarcelado líder Abimael Guzmán y otros dos mil 500 presos por terrorismo en el país.
La entidad señaló, a través de un informe divulgado en internet, que Guzmán, apresado el 12 de septiembre de 1992, cumplirá dentro de 11 días una década de encarcelamiento y las condiciones en las que purga su sentencia son violatorias a las garantías fundamentales.
El líder de Sendero Luminoso, organización que le declaró la guerra al Estado peruano a inicios de la década de los ochenta, se ha quejado ante la Cruz Roja Internacional de no contar con los beneficios a los que tiene derecho todo recluso.
Tiene soriasis
Guzmán, quien tiene problemas de soriasis, una enfermedad a la piel que genera descamación crónica que no puede ser curada de manera definitiva, ha pedido mejorar su régimen carcelario, ya que permanece en una fría celda de dos por tres metros cuadrados.
Duerme sobre una vencida colchoneta de espuma que está colocada sobre una plancha de cemento, según los testimonios de miembros de la Defensoría del Pueblo peruano.
Los abogados Leonard Winglass y Peter Erlinder, que llevan la defensa del líder senderista, sometieron la petición de su defendido al Grupo de Trabajo de Naciones Unidas sobre Detención Arbitraria, pero aún no han tenido respuesta de éste ni del gobierno peruano.
La petición establece que Guzmán no tuvo un proceso judicial en el fuero común, ni derecho a la defensa, mientras la sentencia a cadena perpetua fue establecida por un grupo de jueces militares “sin rostro”, pues al momento de condenarlo usaron capuchas.
Según los abogados del encarcelado jefe subversivo, éste no tuvo un debido proceso de ley, por lo cual han sugerido investigar las prácticas jurídicas y legales que ocasionaron tanto su detención como la de otros prisioneros vinculados a Sendero Luminoso.
Corte “sin rostro”
El ex presidente Alberto Fujimori (1990-2000) ordenó que Guzmán fuese juzgado por una corte militar “sin rostro” y nunca se le dio la oportunidad de defenderse, en tanto el proceso se basó en el interrogatorio sobre sus convicciones políticas.
A juicio del CIES, el aislamiento en que se ha mantenido al líder senderista desde su juicio también constituye una violación flagrante de las leyes internacionales y es evidencia adicional del carácter arbitrario de su detención.
El uso de jueces “sin rostro” fue suspendido en octubre de 1997 respondiendo a presión internacional, pero no sin que antes miles de personas fueran enjuiciadas y encarceladas en este país sudamericano mediante ese mecanismo.