LONDRES (Reuters) - Científicos italianos optaron por una nueva forma de tratar el cáncer de hígado, extirpando el órgano, aplicándole radiaciones y regresándolo después al cuerpo del paciente, informó el miércoles la revista New Scientist.
Un hombre de 48 años fue el primer paciente en recibir el innovador tratamiento en el Hospital San Matteo, en la ciudad italiana de Pavia, y está libre de cáncer un año después del procedimiento, realizado durante una operación de 21 horas de duración para extirparle 14 tumores del hígado.
"La operación extracorpórea permite a los médicos administrar altas dosis de radiación a los tumores diseminados sin afectar otros órganos", agregó New Scientist.
El cirujano Aris Zonta y el físico Tazio Pinelli, del Instituto Nacional de Física Nuclear de Italia, quienes coordinaron el procedimiento, están esperando recibir la aprobación para tratar otros seis pacientes con tumores múltiples.
El paciente original tenía un cáncer en el colon que se diseminó al hígado. El cáncer no respondió a la quimioterapia y estaba tan diseminado que la radioterapia convencional habría destruido al hígado.
Los científicos italianos decidieron probar la terapia por captura neutrónica en boro con la que han estado trabajando desde 1987 y que se realizó por primera vez en la década de 1950.
El procedimiento incluye la inyección de un líquido que contiene átomos de boro en el paciente y se usa un haz de neutrones de baja energía para fragmentar el boro en partículas que matan a las células cancerosas.
Sin embargo, como se necesita una dosis equitativa de neutrones para tratar todo el órgano y los huesos del cuerpo podían bloquear el haz, los cirujanos extirparon el hígado, lo trataron y luego lo regresaron al cuerpo "Mediante la extirpación y trasplante del órgano, pudimos administrar una dosis elevada y uniforme a todo el hígado, lo cual es imposible de lograr dentro del cuerpo sin que el paciente corra un riesgo grave", explicó Pinelli a la revista.
Aunque el tratamiento, denominado TAORMINA, tuvo éxito y podría dar nuevas esperanzas a los pacientes gravemente enfermos, sólo sería adecuado para personas cuyo cáncer se ha diseminado sólo a un órgano y si están lo suficientemente fuertes como para sobrevivir a la operación.
"La técnica actualmente se está probando en pacientes con tumores cerebrales que de otra forma no serían tratables, obviamente sin retirar el órgano en cuestión", agregó la revista.