CUAUTITLAN, Méx.- Con olor a copal y en medio de una densa neblina música de concheros y caracoles, decenas de vecinos de Cuautitlán dieron las mañanitas a Coautlatoatzin, mejor conocido como Juan Diego en este su día.
A las 8:00 de la mañana del día de ayer se ofició la primer misa en honor al indio del Tepeyac, aquí en este sitio en donde se ubica un diminuto templo sobre los vestigios de la casa prehispánica de Juan Diego.
Con cohetes y música de tambora iniciaron los festejos a Juan Diego cuya estatua monumental fue cubierta con rosas de múltiples colores por vecinos de este municipio Zumpango Coyotepec Tultepec.
Desde el amanecer llegaron fieles cargando imágenes y diminutas esculturas de Juan Diego a quién ya se le reconocen múltiples milagros atribuidos antes de que el Papa Juan Pablo II lo nombrara santo.
El padre Juan Martín Merlos, presbítero de El Cerrito, señaló que este 9 de diciembre fue declarado por Juan Pablo II como el día de Juan Diego porque fue en memoria a la primera vez que el indígena "vio el cielo y la tierra" durante lo que fue la primera aparición de la Virgen de Guadalupe.
A Cuautitlán llegaron hoy cientos de peregrinos provenientes de municipios cercanos, además de que se le rindió culto con una gran ofrenda prehispánica, integrada con braceros con copal, caracoles, amaranto, chocolate, maíz y pétalos de flores.
Al tiempo que los integrantes del Grupo de Danza Azteca Conchera Cuauhtlatohuac, realizaron bailes al ritmo de tambores, conchas de armadillo, teponaztli y sonido de caracoles para honrar al indio mexicano que este año fue nombrado santo.
Además, este lunes se abrió por primera vez la casa prehispánica de Juan Diego cuyos muros fueron encristalados para evitar que los fieles desprendan pedazos de adobe y se los lleven como un recuerdo de este lugar considerado santo.
La estructura prehispánica que data de principios del Siglo XV, conserva aún seis habitaciones en las que Juan Diego y su tío Juan Bernardino vivieron y trabajaron la alfarería fina.
En el lugar aún se observa un enorme horno en el que daban el terminado a piezas y utensilios, además de que aquí se encontró lo que fue la primera ofrenda prehispánica dedicada a la Virgen de Guadalupe, la cual estaba integrada por un collar de jade que tiene bajo su resguardo la Secretaría de Hacienda.
Cabe señalar que El Cerrito es considerado el primer santuario dedicado a Juan Diego, el cual es visitado desde hace más de 38 años por cientos de fieles que antes de llegar al Tepeyac hacen una parada en lo que fue la casa de Juan Diego y en donde se registró la quinta aparición guadalupana.