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MÉXICO, D.F., (Notimex).- Con el fracaso a cuestas regresaron varios futbolistas mexicanos que se encontraban en equipos del extranjero y sólo dos, además de un técnico, han logrado mantenerse con el ánimo de sobresalir y escribir su propia historia.
Luego de una larga temporada para unos y una muy breve para otros, jugadores como Cuauhtémoc Blanco, Juan Francisco Palencia, Manuel Vidrio y Carlos Ochoa, vieron frustrados sus deseos de sobresalir en el futbol de Europa, concretamente en España.
Tras grandes expectativas que se generaron con su partida al balompié ibérico, sobre todo con el jugador americanista Blanco, y el cruzazulino Palencia, fue más triste el regreso porque no cumplieron con lo esperado, sobre todo por la falta de continuidad.
El delantero de las Águilas del América fue contratado por Valladolid luego de su buena actuación en la Copa Libertadores de América de 2000, y estuvo en tierras españolas año y medio pero con muy poca actividad debido a lesiones.
Cabe recordar aquella que sufrió en la rodilla derecha en un juego eliminatorio contra Trinidad y Tobago que lo alejó de las canchas por mucho tiempo y luego viajó a España para incorporarse al club ibérico en el que tuvo poca opción de jugar.
Sin embargo se le recuerda en ese partido que su escuadra disputó contra Real Madrid en el estadio Santiago Bernabeu, y al que le anotó un golazo para darle el empate a su escuadra 1-1 en la Liga Española.
A partir de ese momento, sus apariciones en el primer equipo fueron muy esporádicas y sólo entraba de cambio para jugar algunos minutos antes de la finalización de los encuentros.
Para principios del mes de marzo, la directiva de Valladolid anunció que Cuauhtémoc Blanco no entraba en sus planes por lo que el jugador decidió regresar a México para incorporarse a la Selección Mexicana de futbol que iría al Mundial Corea-Japón-2002.
Terminada la justa mundialista, Cuauhtémoc Blanco comenzó una serie de negociaciones con la directiva americanista para disputar el Campeonato Apertura-2002 y convertirse en el baluarte del equipo con el que aún no logra ser campeón.
Misma suerte corrió el delantero Juan Francisco Palencia luego de ser contratado por Espanyol de Barcelona tras su actuación en la Copa Libertadores de 2001, y en el Torneo Teresa Herrera que organiza el Deportivo La Coruña.
Sin problemas de lesiones Palencia tuvo más actividad que Blanco y se le pudo ver en un mayor número de partidos en los que logró goles importantes para su escuadra que le redituaron los tres puntos en los cotejos en los que vio acción.
Pero su situación contractual no estuvo del todo definida y eso contribuyó en cierta forma a que regresara a México con el sentimiento de que pudo haber hecho algo más con ese equipo, pero la suerte le tenía ya esa sorpresa.
Al igual que su compañero en la selección mexicana, Palencia reportó con el conjunto tricolor pero no lo hizo en México como todos esperaban sino que lo alcanzó en territorio estadounidense y eso le valió para ser tomado en cuenta muy poco en la justa del orbe por el técnico Javier Aguirre.
Pero los que tuvieron un paso efímero por el balompié español fueron el defensa de Pachuca, Manuel Vidrio, y el delantero de Tigres de la UANL, Carlos Ochoa, quienes junto con Aguirre, pasaron a Osasuna de Pamplona; este último como timonel.
Vidrio fue el que tuvo más actividad con el cuadro pamplonés e incluso logró un gol con el equipo, pero sus actuaciones dejaron mucho que desear para la directiva e incluso una encuesta en una página de Internet local pedía su salida.
Ante esa presión y la negativa de la directiva por seguir contando con él, decidió regresar para incorporarse con su equipo, Pachuca, en lo que fue un nuevo fracaso para jugadores mexicanos en el extranjero.
Ochoa no tardó en tomar la misma decisión y poco tiempo después también estuvo de regreso en tierras mexicanas, ya que tuvo muy poca actividad y si acaso jugó unos 40 minutos en varios partidos, hasta que optó por salir del plantel.
La mayor parte del tiempo se la pasó lesionado y eso tampoco convino a la directiva por lo que se decidió darlo de baja.
Así, el único que se quedó fue Aguirre como técnico del equipo al que luego de un mal inicio, comenzó a levantarlo y ponerlo por encima, incluso, de Barcelona.
Otro que buscó la aventura por su propia cuenta en el futbol de Europa fue el defensa de Cruz Azul, Sergio Almaguer, quien el 31 de julio pasado se lanzó a la aventura para enrolarse en el equipo turco Galatasaray, con el que participó en la Liga de Campeones con muy poca suerte.
Almaguer rompió relaciones con la directiva de la Máquina Celeste y como es dueño de su carta decidió probar suerte en Galatasaray, pero al paso de casi cinco meses fuera de México decidió regresar porque, según él, sólo fue contratado para la Liga de Campeones del que fueron eliminados.
Actualmente sólo dos jugadores, Gerardo Torrado con Valencia, Rafael Márquez con AS Mónaco y el técnico Javier Aguirre, se mantienen con muchas expectativas en el balompié europeo.
De esta manera la marca impecable que consiguió Hugo Sánchez con Atlético de Madrid y Real Madrid, quedará intacta por muchos años más hasta que los futbolistas mexicanos se decidan a sacrificar algo por trascender a nivel internacional.