Reuters
WASHINGTON, EU.- Estados Unidos espera que el Consejo de Seguridad de la ONU someta a votación la próxima semana una nueva resolución sobre Iraq, después que París y Washington parecían acercarse a un acuerdo sobre el controversial texto para evitar que justifique una guerra contra Bagdad.
Mientras funcionarios de alto rango de Estados Unidos y Francia intentaban superar diferencias, el presidente George W. Bush reiteró sus demandas de una rigurosa investigación de los presuntos programas de armas de Iraq al reunirse el miércoles con el jefe de inspectores de las Naciones Unidas, Hans Blix.
El mandatario estadounidense, que presiona en el Consejo de Seguridad de la ONU para una nueva y enérgica resolución para el trabajo de los inspectores, se reunió también el miércoles con Mohamed El Baradei, director de la Agencia Internacional de Energía Atómica.
Hans Blix y El Baradei actualizaron a Bush y a su vicepresidente Dick Cheney sobre la situación iraquí y el mandatario enfatizó en la necesidad de un riguroso sistema de inspecciones para encontrar armas de exterminio masivo.
Washington dice estar listo para dar suficiente tiempo a los inspectores para que busquen pruebas del presunto programa de armas cuando regresen a Iraq tras una ausencia de cuatro años.
Pero Estados Unidos advirtió a Bagdad que si no cumple, el tema volverá a las Naciones Unidas.
Iraq expresa sospechas
Por su parte, Iraq manifestó el jueves sus sospechas sobre la reunión del presidente George W. Bush con el jefe de inspectores de la ONU y dijo que Washington tenía siniestras intenciones hacia Bagdad.
“Esto debe recordarle a la comunidad internacional cómo Estados Unidos interfirió en el trabajo del aparato (de la ONU) y lo dirigió para que sirviera a la hostil política de Estados Unidos contra Iraq”, dijo la cancillería iraquí en una declaración.
“Es muy extraña la forma en que Estados Unidos ha convocado a Blix y El Baradei a Washington para reunirse con el jefe de la administración y sus asesores”, agregó.
Estados Unidos, que acusa al presidente iraquí, Saddam Hussein, de almacenar armas de exterminio masivo, quiere una resolución más dura para forzar el desarme en Iraq, dejando en claro que habrá “serias consecuencias” si Bagdad no cumple los requerimientos de los inspectores de armas.
Sin embargo, a Francia le preocupa el hecho de que el controvertido lenguaje del documento pueda llevar a Washington a tomar una acción militar unilateral.
En Washington, el secretario de Estado, Colín Powell, dijo que esperaba que el debate sobre la resolución estadounidense termine pronto.
“Estamos limando las diferencias. Creo que lo estamos logrando”, dijo Powell. “Creo que todo esto ocurrirá posiblemente para el final de la semana próxima”.
Powell discutió nuevamente la resolución por teléfono con los ministros de Relaciones Exteriores de Francia, Rusia y Gran Bretaña, cuyos países tienen poder de veto en el Consejo de Seguridad de la ONU.
Luego de seis semanas de negociaciones entre funcionarios estadounidenses y franceses para el regreso de los inspectores a Iraq, diplomáticos de la ONU dijeron que ambas partes se encuentran estudiando el complicado lenguaje comprometedor sobre el desarme en Iraq.
“Creo que la diferencia está extremadamente superada, pero todavía persiste el diálogo entre Washington y París”, dijo a periodistas un importante diplomático del Consejo que pidió no ser identificado.
La última posición de Washington es que se le reserve el derecho de tomar acción contra Bagdad, sin la aprobación de la ONU, en caso que el Consejo de Seguridad se niegue a responder a una clara violación de los requerimientos del organismo en relación con el desarme en Iraq.
“Estados Unidos no puede verse maniatado en un extendido debate a la luz de una nueva violación iraquí”, dijo Powell.
Francia quiere asegurarse que el borrador de la resolución estadounidense no contenga subterfugios legales que luego permitan a Estados Unidos iniciar una guerra contra Iraq, derrocar a Hussein y después reclamar que las Naciones Unidas autorizó sus acciones.