Reuters
WASHINGTON, EU.- La policía estadounidense esperaba comunicarse con la persona que dejó un mensaje en el lugar donde un hombre fue herido de bala el sábado, en lo que sería un giro significativo en la cacería de un francotirador cuyos ataques han traumatizado el área de Washington.
El jefe de la policía del condado de Montgomery, en el estado de Maryland, Charles Moose, reveló que fue encontrado un mensaje en la escena del ataque cerca de un restaurante en Ashland, Virginia, e instó a la persona que lo dejó a contactar a las autoridades.
“A la persona que dejó un mensaje en (el restaurante) la Ponderosa anoche, usted nos dio un número telefónico. Queremos hablar con usted. Llámenos al número que dejó”, dijo el domingo Moose, jefe de la investigación regional, en un comunicado transmitido por televisión.
Moose pidió a los medios transmitir su comunicado “de forma clara, y con frecuencia”. El jefe policial rehusó dar detalles o responder a preguntas de los periodistas en la conferencia de prensa imprevista. Después de la conferencia de prensa una portavoz de la policía aseguró que la persona que dejó el mensaje entendería lo que Moose quería decir.
Las autoridades creen que el mensaje fue dejado por el francotirador que ha matado a nueve personas en el área de Washington desde el 2 de octubre, dijo el Post, citando fuentes policiales. Estuvo claro que la policía tomó el mensaje en serio y parecía convencida de su autenticidad. Sin embargo, algunos criminalistas advirtieron que también podía provenir de alguien relacionado con el francotirador o con un testigo, o podría tratarse de una broma.
La carta del tarot
La policía del condado de Prince George, en Maryland, al este de Washington, encontró el primer mensaje del francotirador de que se tenga conocimiento en la localidad de Bowie, donde un niño de 13 años fue gravemente herido de bala al llegar a su escuela.
El mensaje en el reverso de una carta del Tarot decía: “Señor policía, soy Dios”.
El condado de Montgomery, donde ocurrieron los primeros cinco ataques, encabeza la investigación sobre el francotirador.
La víctima del ataque del sábado, un hombre de 37 años, batallaba por su vida después de una segunda ronda de cirugías durante la cual los médicos recuperaron la bala que le perforó el estómago. Expertos en balística la estaban examinando.
“Pudieron extraerle la bala y ahora está en manos de las autoridades” dijo Joe Kuttenkuler, portavoz del Colegio de Medicina de los Hospitales de Virginia, en la vecina ciudad de Richmond.
“El paciente todavía está grave y en la unidad de cuidados intensivos”, agregó.
La policía dijo que estaba suponiendo que la misma persona que mató a nueve e hirió a otras dos en el área de Washington es responsable del más reciente ataque, perpetrado unos 130 kilómetros al sur, el más alejado hasta la fecha de la capital estadounidense.
Las autoridades han tratado de disipar los temores de los residentes —alarmados desde los atentados del 11 de septiembre contra Washington y Nueva York— de que los ataques están vinculados con el terrorismo internacional.
En París, el portavoz del Ministerio de Defensa de Francia, Jean-Francois Bureau, confirmó el lunes la deserción de un estudiante de su prestigiosa academia militar St Cyr que salió en agosto de vacaciones rumbo a Canadá y Estados Unidos y que no ha regresado.
El desertor “no ha tenido contacto con su familia desde que partió hacia Estados Unidos”, dijo Bureau.
Sin embargo, señaló que no se ha establecido vínculo alguno entre el soldado, de 25 años, cuyo nombre no fue divulgado, y el francotirador que ha sembrado el pánico en los alrededores de Washington.
El hombre fue reportado como desertor en octubre y sus detalles fueron enviados a la fuerza de policía internacional, Interpol.