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Fue un desaire a la ciudadanía

TORREÓN, COAH.- Fue un desaire a toda la ciudadanía, la inasistencia de la candidata del PRI a la Presidencia Municipal Laura Reyes Retana, y es deplorable porque “con qué cara va a pedir el voto, si no quiso exponer su plataforma política”.

Y la razón que esgrimió para no participar en el debate organizado por Los Tres Medios Lagune-ros, no me parece válida, según el sacerdote jesuita David Hernández.

Es sencillo, la razón de la democracia es atenerse a la mayoría y si algunos de los asistentes aplaudieron cuando se hizo alusión a la supuesta dependencia de la candidata de la Secretaría de Gobierno, “son más bien chismes palaciegos que le han afectado considerablemente”.

El peso más fuerte que carga Laura Reyes Retana es la manera como fue electa al interior del PRI, que no se vio muy clara.

Me alegro por Torreón, porque están fomentando algo que hacía falta que es el patriotismo, es decir, antiguamente la gente procedía por interés familiar, personal, de grupo o de partido y en el último lugar quedaba México, opinó por otra parte con respecto a sus impresiones del debate organizado ayer por Los Tres Medios Laguneros.

Me da mucha esperanza que los dos candidatos que expusieron en el debate su plataforma política, estén interesados en Torreón, a través del ejercicio del poder ciertamente, como un medio para poder beneficiar y volver el orgullo de ser torreonenses, de ser laguneros, cosa que se había perdido mucho.

Para el sacerdote jesuita David Hernández, la oferta política expuesta por los dos candidatos es demasiado amplia, pero en una campaña política le dan a usted “carretadas de promesas y buenas intenciones”.

En el caso de los candidatos realmente son buenas intenciones y como lo dijo con toda claridad Francisco Dávila “no quiero prometer nada”.

Qué es lo que se espera, pues que el contacto con la ciudadanía y el vibrar de las necesidades del pueblo los hagan reaccionar, invertir correctamente los impuestos, ser efectivos en la seguridad pública, realmente poner una policía digna de confianza y preocuparse por todos.

“Los dos candidatos a presidente municipal de Torreón, serían buenos gobernantes, son valientes y se dieron algunas banderillas mutuamente, eso de ‘chango viejo, no aprende maromas nuevas’, fue muy significativo, pero lo mejor es que al final, se abrazaron, fue muestra de respeto”.

Tanto Guillermo Anaya Llamas como Francisco Dávila Rodríguez, son ex alumnos jesuitas, y eso les dejó un fondo de humanismo que sería bueno aplicaran en el ejercicio del poder.

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