MADRID (AP) _ El gobierno autonómico de Galicia advirtió el viernes a los residentes de su costa que se preparen para lo peor al acercarse una gran mancha de combustible diesel procedente del hundido petrolero Prestige.
Fuertes vientos que azotan la costa del noroeste de España empujaban la extensa mancha hacia el Cabo Finisterre, una de las áreas que afectadas por el crudo derramado por el cisterna Prestige, dijo el ministro de Pesquería de Galicia, Enrique López Veiga.
El buque, de 26 años, comenzó a derramar diesel el 13 de noviembre cuando sufrió una vía de agua por debajo de la línea de flotación a causa de una tormenta en el Océano Atlántico. Se partió en dos y se hundió seis días después.
Por la mañana del viernes, la espesa mancha, que se calcula contiene 9.000 toneladas (2,4 millones de galones) de combustible, estaba a 20 millas náuticas de la costa, dijo el departamento de recursos marítimos gallego. Eso significa que se ha desplazado unas 13 millas náuticas desde el jueves por la noche.
Además del viento, las corrientes marinas también empujaban el derrame hacia la costa, indicó López Vega en Santiago de Compostela, la capital regional.
"Tenemos todo en contra nuestra", dijo a las radioemisoras gallegas. "Debemos prepararnos para lo peor".
El único factor desconocido es qué rumbo tomará la mancha cuando llegue a la cornisa continental, donde las corrientes son impredecibles, según el ministro.
España dice que la mancha contiene el combustible que el Prestige derramó cuando se partió en dos y se hundió a 250 kilómetros de la costa, aunque no se había filtrado combustible del cisterna desde que quedó en el lecho marino a 3.600 metros de profundidad.
Siete buques con espumaderas para absorber petróleo partieron de varios puertos de la Unión Europea con destino a la zona afectada, pero las olas de siete metros de altura probablemente impedirán su labor, dijo el Ministerio del Interior español.
El buque retuvo gran parte de sus 77.000 toneladas (20 millones de galones) de combustible cuando se hundió. Pero se calcula que 6.000 toneladas (1,6 millones de galones) se derramaron y contaminaron la región que ya había sufrido a causa de otro derrame considerable de petróleo hace una década.