MÉXICO, D.F.- Los generales Mario Arturo Acosta Chaparro y Fran-cisco Quirós Hermosillo Escápite aceptaron haber conocido al narcotraficante Amado Carrillo Fuen-tes, ?El señor de los cielos?, pero negaron haber tenido tratos con él para auspiciar el tráfico de drogas.
En el segundo día de lectura de declaraciones de las partes, en el Consejo de Guerra en contra de los generales, Acosta Chaparro narró que le fue presentado Amado Carrillo, pero éste se acreditó con credenciales ?de alguna policía, no sé si de la PGR?.
En un manuscrito que obra en el expediente, Acosta escribió: ?No me llamó la atención su personalidad, pero es un individuo muy alto, robusto y sería mentir si diera rasgos porque no lo recuerdo muy bien. No tengo forma para tener enlace con él ni me he reunido con él, ni cuento con personas que me sirvan para comunicarme con él, no hay elementos de la organización de este señor que tengan relación conmigo ni conozco militares que puedan tener relación con esta persona ni me atrevería a hacer una imputación que no me consta ni he recibido obsequios?.
Antes, a la lectura de la declaración de Quirós Hermosillo solicitada por el agente del Ministerio Público Militar, éste también reveló que había conocido al narcotraficante en 1992, sin especificar detalles.
Uno de los principales testigos de cargo para acusar a los militares de estar vinculados al narco, Jaime Olvera Olvera, ha sido descalificado por los acusados y sus abogados defensores.
En su opinión, antes de incorporarse en julio de 1994 a la organización de Carrillo, Olvera Olvera aún trabajaba para la Policía Judicial y no pudo ser testigo de lo que señala en sus declaraciones: que Quirós supuestamente envió en mayo de 1994 a Rubén Gardea a recoger una camioneta Suburban y equipo de comunicación de parte de ?El señor de los cielos?.
Olvera y Tomás Colsa McGregor no podrán ratificar sus testimonios porque sus cuerpos fueron hallados muertos en 1998 y 1997, respectivamente, en calles de la colonia Flor de María, en el Distrito Federal.
Gustavo Tarín, otro de los testigos, está preso en Houston, Texas.