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Gracias al PRI

Adela Celorio

Entre mis vicios no está el de ver tele pero ya se sabe, la vida de una pareja es muy dispareja y mi Querubín ha decidido consagrar su vida a la pantalla, por lo que resulta inevitable que en ocasiones me tropiece con piedras como ésta: “Como la mayoría de los mexicanos yo estudié en escuela pública, mis hijos también, y como ellos miles de niños en toda la República disfrutan de los desayunos escolares. Y todo gracias al PRI”.

Algo más o menos así, decía satisfecho un hombre desde la pantalla de mi televisor y al escucharlo de inmediato se me vino a la cabeza cuanto más agradecidos han de estar los mexicanos y mexicanas a quienes el partido de la Revolución hizo justicia y que con sólo unos cuantos años al cargo de la administración de desayunos escolares amasaron cuantiosas fortunas. No le pido a Dios que me dé sino que me ponga donde hay, era la consigna y con sobrada razón: una pequeña comisión, la nadería de uno o dos centavos por huevo, por pan, por gelatina -en ocasiones el único alimento del día para los pequeños escolares- redituaron torrentes de dinero a las insaciables carteras de algunos afortunados PRIistas.

No sé por qué afortunados y priistas me suena como a pleonasmo ¿a ustedes no? Por cierto liderar a los pobresores para servicio del PRI resultó ser también un magnífico negocio y si no que se lo pregunten a la agradecida maestra Gordillo quien como todos sabemos saltó de humilde maestrita en la Netza a millonaria en Las Lomas. Y es que vamos a ver ¿cómo no estar agradecidos a un sistema que hizo justicia -aunque sólo haya sido a sus hijos Pridilectos- con espléndidas mansiones en Paseo de la Reforma y en la Colina del Perro entre otras. Con ranchos, desarrollos turísticos y grandes extensiones de tierras y de playa. Pienso en lo eternamente agradecidos que deben estar los hermanos cómodos y hasta los incómodos quienes siguen disfrutando de sus fortunas colocadas estratégicamente en bancos extranjeros, más seguros y solventes que los nuestros, manejados fraudulentamente con la complicidad de los PRIvilegiados.

Pienso en el agradecimiento eterno los hijines a quienes la Revolución sigue haciendo justicia con juniorados y gubernaturas y en las oraciones con que deben bendecir a sus abuelos, los ricos y famosos que fotografiados por una nieta del ilustre priista Rossel de la Lama, muestran orgullosos al mundo sus excentricidades y caprichos. Ya se sabe que no es bien nacido quien no es agradecido y desde los ex presidentes de México hasta los más pequeños miembros del partido deben estar bendiciendo tanta fortuna.

Claro que del otro lado de la balanza pesan los cuarenta millones de pobres que generó el partido de la Revolución, pero dicen por ahí que Dios escribe con renglones torcidos. Quién iba a decir que con el tiempo, Martita tendría que agradecer al PRI por todos esos pobres que ahora le sirven para que -nos guste o no como ella misma afirma- aproveche todos los medios de comunicación y los reflectores que su situación de consorte le facilita, para entregarse con frenesí al ejercicio de la caridad. Seguramente ella también tendrá presente al PRI en sus oraciones.

Y bueno, tengo que reconocer que he vivido en el error pensando que escuelas, desayunos y todo lo que se hacía era gracias a nuestros impuestos. Ahora que me informan que todo se lo debemos al PRI, yo también me siento profundamente agradecida. ace@mx.inter.net

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