MADRID, ESPAÑA.- El presidente iraquí Saddam Hussein someterá su continuación en el poder por siete años más al resultado del plebiscito que se celebrará este martes 15, donde prácticamente nadie duda en su victoria por aclamación.
Este mes expira el actual mandato de Hussein, el cual alcanzó en 1995 con el asentimiento del 99.6 por ciento por el mismo procedimiento plebiscitario.
Acudir a las urnas para refrendar la legitimidad de un jefe de Estado es una práctica relativamente habitual en el mundo árabe, al igual que alcanzar índices aprobatorios por encima del 90 por ciento, recordaron analistas.
De ganar el plebiscito de mañana, Hussein alargaría a 32 años su cargo de presidente de la República Arabe de Iraq, puesto que asumió en 1977.
Sólo el Partido Baas (renacimiento) Arabe Socialista aventajaría al mandatario, ya que todos las cabezas del gobierno iraquí han surgido de sus filas desde 1968, es decir, desde hace 34 años, y dirigido por Hussein sumaría 41 años en el poder.
Esta vez la consulta al pueblo iraquí buscará mostrar que Hussein mantiene el apoyo a pesar de la dura embestida de Washington, que incluso ha llevado a hablar de una invasión y un gobierno militar impuesto, según publicó The New York Times el pasado viernes.
El plebiscito se dará a cuatro días de que el presidente George W. Bush culminó el proceso congresional, mediante el cual fue aprobado el uso de la fuerza contra Iraq, acusado de fabricar y almacenar armas químicas y biológicas de destrucción masiva.
También mientras en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, Estados Unidos y Reino Unido buscan una resolución tipo ultimátum que obligue a Iraq a su desarme inmediato o se abra la vía militar, a lo que se resisten China, Francia y Rusia.
Saddam Hussein’Abd al-Majid al-Tikriti ingresó al Baas en 1957 y dos años después formó parte del comando organizado por ese partido para el fallido asesinato del entonces primer ministro, Abdel Karim Kassem, quien había derrocado a la monarquía de Faisal II.
Obligado a vivir en Siria y Egipto, reanudó en este segundo país su actividad política en la rama local del Baas, para regresar a Iraq en 1963 a la caída de Kassem, aunque sus opositores en el partido lograron encarcelarlo hasta 1966, cuando se fugó de la prisión.
Tras desarrollar actividades políticas clandestinas, Hussein asumió la vicepresidencia del Consejo del Mando Revolucionario (verdadero centro de poder iraquí) y del país, para desde ahí impulsarse a la Presidencia que asume el 16 de julio de 1979.
En 1980 Hussein invade Irán para tratar de evitar la expansión de la revolución islámica que había derrocado al Sha en febrero de 1979.