México, D.F.- Jack Nicholson acompañado por su buen amigo Harry Gittes, uno de los productores de la cinta About Schmidt, con la que seguramente este año volverá a deslumbrar a los millones de admiradores que tiene en todo el mundo desde hace más de tres décadas, habló sin tapujos lo que piensa del cine actual.
Con la mirada oculta detrás de los clásicos lentes oscuros que acostumbra llevar puestos durante sus actividades públicas, Nicholson toma asiento frente a la grabadora que está lista para registrar su voz.
No dice nada durante algunos segundos. Después, con una amplia sonrisa que le cruza el rostro de lado a lado, pide una opinión acerca de About Schmidt. Recibe una respuesta “Es una de las películas más hermosas y conmovedoras”, dijo un reportero.
La frase queda suspendida en el aire, inmóvil, sostenida apenas por un delgado y frágil silencio. Jack Nicholson se quita entonces los lentes negros y hace un sutil gesto de aprobación moviendo ligeramente la cabeza.
Así comenzó la conversación con el protagonista de As Good As It Gets, One Flew Over the Cuckoo’s Nest, The Shining, Chinatown, Two Jacks y otras grandes cintas contemporáneas.
-Antes de hablar sobre About Schmidt, ¿qué piensa acerca del fracaso que tuvo en Estados Unidos The Pledge, su anterior película?
“No hay nada raro en eso. La poca atención que los críticos y el público le dieron a The Pledge puso al descubierto una verdad que todos conocemos muy bien en nuestro país: Hollywood ha corrompido el gusto por el buen cine.
Es triste reconocerlo, pero nuestra industria en general, salvando algunas importantes excepciones, ha dejado de ser una manifestación artística para convertirse en un simple negocio.
Sean Penn (director de The Pledge) y yo sabíamos que probablemente iba a suceder algo así. Al mismo tiempo teníamos la esperanza de estar equivocados, pero el milagro no ocurrió y simplemente se confirmó algo que ya sabíamos”.
-¿Considera que también podría llegar a ocurrir eso con About Schmidt?
“No lo sé, en realidad. La verdad es que no me interesa averiguarlo en estos momentos. Yo estoy mentalmente preparado para lo que pueda pasar con cualquiera de mis películas. Quizá porque desde hace mucho tiempo dejé de creer en las “verdades” de Hollywood, tengo una visión muy cínica y pesimista sobre la sensibilidad artística que supuestamente deberían tener los jefes de los estudios de cine.
Ahora entiendo que hay pocas oportunidades de hacer filmes que tengan un nivel por encima de los criterios comerciales. Por ese motivo trato de aprovechar dichas oportunidades al máximo cada vez que se me presentan”.
-¿Por qué aceptó intervenir en About Schmidt?
“Me gustó mucho el argumento escrito por Alexander Paine y Jim Taylor. Sentí una simpatía muy grande por Warren Schmidt cuando empecé a leerlo. Pienso que Schmidt es uno de los personajes más heroicos y humanos que he hecho en mi carrera”.
-En su opinión, ¿quién es Warren Schmidt, y con qué aspectos de su vida usted pudo sentirse más identificado?
“Creo que Schmidt es un hombre sencillo, común y corriente, igual a muchos otros que consumen responsablemente sus vidas sentados detrás del escritorio de una gran compañía a la que no le interesan para nada. Aunque sabe que ya no le queda mucho tiempo por delante, sigue conservando un excelente sentido del humor.
Yo no soy igual que Warren Schmidt, porque no he estado casado por más de 40 años con la misma mujer, pero entiendo perfectamente qué tan grande es la voluntad que él tiene de vivir con toda intensidad el último capítulo de su desafortunada existencia”.
-¿Está de acuerdo con los han dicho que About Schmidt es una metáfora pesimista acerca del destino humano?
“Por supuesto que no. About Schmidt es simplemente una película. Pierden su tiempo quienes traten de encontrar en ella algo diferente”.
-¿Qué significado tienen para usted la fama y los premios en esta etapa de su vida profesional?
“Muy poco, o casi nada. La mejor felicidad que tengo es la de seguir trabajando todo el tiempo en las películas que me gustan. Aprecio mucho los reconocimientos que se me han dado, pero no acostumbro perder el sueño pensando en cuántos trofeos voy a poder ganar en el siguiente año”.
-¿No le pareció que podría ser negativo para su imagen de estrella de Hollywood hacer el papel de un personaje como Warren Schmidt?
“Desde que leí por primera vez el guión de About Schmidt supe que me gustaría participar en esta película. En ningún momento creí que sería “peligroso” para mí interpretar a un individuo de más de 65 años de edad.
En ese sentido, me parece que sería más arriesgado de mi parte aceptar en esta etapa de mi vida el papel de un joven guapo y atractivo.
Con alguien como Schmidt no creo que vaya a perder nada. En realidad, pienso que ya he ganado muchas cosas porque a través de las experiencias que tuve durante la filmación entendí mejor que la esperanza y el optimismo no son palabras huecas, como creen muchas personas”.
-¿Le molestan las críticas que le han hecho en algunas revistas de circulación nacional porque ha tenido compañeras más jóvenes que usted en sus últimas películas?
“Desde hace tiempo dejaron de preocuparme las historias que los periodistas escriben acerca de mi vida profesional. Lo único que yo puedo decir sobre ese tema es que nunca he puesto un cierto límite de edad específico como requisito para poder trabajar con una mujer.
En todo caso, son los productores los únicos responsables de que yo tenga siempre la suerte de estar acompañado por actrices jóvenes, talentosas y hermosas”.
-¿Qué opinión tiene de los periodistas que cubren el mundo del cine y los espectáculos?
“Ninguna, en particular. Me parece que todas las personas tienen derecho a ganarse la vida de algún modo. Lo único que me parece lamentable es ver a muchos de estos reporteros corriendo de un lado a otro de Hollywood, creyendo que son más importantes que las noticias y los personajes sobre los que deben escribir.
En cambio, un buen periodista siempre es útil para la vida y el éxito que puede llegar a tener una película”.
-¿Le gustaría volver a dirigir otro filme?
“Creo que no. Tuve ese atrevimiento hace más de 20 años y todavía no logro recuperarme de tan difícil experiencia.
En esos tiempos yo era muy ingenuo, pensaba que sabía muy bien lo que estaba haciendo, pero estaba totalmente equivocado.
Dirigir una película no es nada fácil, hay muchas presiones alrededor de esa parte del cine. Nunca he vuelto a sentir el deseo de ser director. Prefiero dedicarle todo el tiempo que tengo a lo que me parece sé hacer bien.