Reuters
LONDRES, Inglaterra.- Un clima de malestar laboral castigó el martes partes de Europa con huelgas de trabajadores del transporte, maestros y bomberos que afectaron los planes de los viajeros y cerraron las escuelas para cientos de miles de estudiantes.
Enojados trabajadores marcharon por las calles de Londres y París para demandar aumentos salariales y rechazar planes de reformas económicas. Los cielos de la capital francesa estuvieron inusualmente despejados, ya que apenas uno de cada cinco vuelos pudo cumplir su horario de salida o llegada.
La ola de protestas laborales también afectó a Bélgica, España, Italia, Portugal y Suiza. En Italia millares de personas marcharon en rechazo a los planes de la fábrica de automóviles Fiat de despedir a 8,100 empleados.
Además de interrumpir los vuelos que partían o llegaban a Francia, un paro de controladores aéreos en París afectó el transporte del continente, ya que muchos vuelos tuvieron que ser desviados para evitar el espacio aéreo francés.
Por su parte, los usuarios del ferrocarril debieron caminar al menos 250 metros por las vías para llegar a central parisina de Gare du Nord, debido a un atolladero de los trenes a raíz de medidas de fuerza.
Las empleados ferroviarios se unieron a decenas de miles de trabajadores postales, de telecomunicaciones y maestros que rechazan los planes del gobierno de acelerar la privatización de empresas y reestructurar el sistema de pensiones.
El día anterior, los camioneros de Francia bloquearon las vías principales en una disputa salarial.
La policía dijo que 30,000 manifestantes marcharon en París contra las políticas del primer ministro Jean-Pierre Raffarin, que enfrenta el peor desafío en sus cinco meses de gestión.
El gobierno está batallando por recortar el déficit público y quiere liberar la economía de la excesiva influencia del estado.
El primer ministro está consciente de la suerte que corrió el último gobierno conservador de Francia bajo Alain Juppe, derrotado en 1997 en parte por el mal manejo de una agitación social.
En Gran Bretaña, el primer ministro Tony Blair estuvo bajo presión por la forma en que ha manejado la huelga de los bomberos, mientras los maestros de Londres se unieron al sector de empleados públicos que protestó en las calles de la capital británica.
Los maestros buscan mayores asignaciones para compensar los altos costos de vida en Londres y su huelga de un día dejó sin clases a los alumnos de más de 1,500 escuelas, dijeron grupos de profesores.
Los bomberos ingresaron a su quinto día de una huelga de ocho días en reclamo de aumentos salariales y en rechazo a reformas en las prácticas de su trabajo.
El sindicato de bomberos originalmente exigió un incremento salarial del 40 por ciento, pero dirigentes laborales y funcionarios se acercaron a un acuerdo el viernes para un aumento del 16 por ciento, antes de que el gobierno vetara el arreglo esta semana.
La huelga de los bomberos obligó a desplazar a unos 19,000 soldados para ocuparse de la tarea de luchar contra los incendios con una flota de anticuados autos y equipos, cuando deberían estar preparándose para una posible guerra con Iraq.
Otros empleados bajo la nómina del Estado británico, como el personal que limpia las escuelas y los que suministran alimentos para los escolares, también se encontraban en huelga el martes.
Alemania, la mayor economía de Europa, no escapó del malestar laboral. El sindicato de un sector público que representa a 2.9 millones de trabajadores alemanes, dijo la semana pasada que todo estaba listo para ir a la huelga si sus demandas no eran atendidas.