Por Karla Alvarado Guerra
EL SIGLO DE TORREON
FRANCISCO I. MADERO, COAH.- Hay diferentes tipos de cementerios, pero no todos tienen una arquitectura natural, como la tienen los cementerios indios, los cuales existen en tierras laguneras y que además son explotados por personas ajenas al Estado de Coahuila.
La estructura de un cementerio indio, no es de la manera en la que la mayoría de las personas al nombrarlos se los imaginan. Dichos camposantos tienen además de una belleza que se cubre con piedras que adornan de una manera espectacular los cerros en los que se encuentran las tumbas, les rodea una flora y fauna que pocas veces y a ciertas horas del día se dejan ver y que se encuentran en algunas regiones de La Laguna.
Después de casi dos horas de camino, que se tienen que recorrer para llegar al cerro en el que se encuentra uno de los dichos cementerios, éste se pudo ver a lo lejos; al ir acercándose además de aumentar el tamaño del cerro, se agrandaba la curiosidad de conocer los lugares que fueron santuarios para nuestros antepasados.
Por fin después de dos horas y 20 minutos y de los contratiempos que se presentaron durante todo el camino, se llegó al lugar en el que los indios enterraban a sus familiares, después de los rituales que acostumbraban hacer.
Los cerros, su piel; flora y fauna
Primeramente el cerro se encontraba lleno de minerales y piedras que desprendían destellos de luz, que los rayos del sol provocan cuando se encuentran en pleno esplendor, uno de los materiales que más se dejan ver por el lugar son el mármol y unas que otras piedras que brillan con el sol.
Además otro de los detalles que adornaban al cerro, es el tipo de vegetación que se encuentra en ese tipo de lugares, en donde algunas partes están desérticas y otras tantas con una inmensa vegetación, además el tipo de animales y bichos que se encuentran en la zona.
Algunos de los bichos que se pudieron apreciar son muy raros y pocos vistos, hay algunos parecidos a los ya conocidos como chapulines, sólo que éstos son en mayor tamaño y además tienen colores muy llamativos, como el amarillo, rojo, verde y un negro, que en pocos animales se puede apreciar. Este tipo de animales, en la oscuridad, solamente se les ven los colores fosforescentes y hacen algunos sonidos muy extraños durante la noche.
Las tumbas
Los indios usaban las cuevas de los cerros como tumbas, en las que colocaban a un sin número de cuerpos. Estas tumbas que se encuentran en un lugar llamado el “Cerro de la Cuchilla”, era especialmente en donde se colocaban los cuerpos de niños, ya que al ingresar a una de las grutas se encontraron huesos que corresponden a los de un niño.
En una sola cueva, acostumbraban meter varios cuerpos que acomodaban perfectamente bien alineados, los cuales eran cubiertos por enormes piedras que con el tiempo se fueron derrumbando y los enterraron cada vez más, además de que algunos de los pequeños cuerpos se quebrantaron por completo, mientras que otros permanecieron casi completos.
Los cuerpos de los niños indios, estaban vestidos con “tapa rabos”, como se les acostumbra llamar, conjuntamente se les colocaban los adornos que acostumbraban ponerse como pulseras y collares que estaban hechos con piedras como las que se encontraban en las afueras y en el interior de las tumbas.
Las paredes de las tumbas estaban cubiertas de mármol, el cual tiene un aspecto de cómo si fuera una pared de cera escurrida. Desde la entrada de las cuevas se observa la belleza de cada una de las grietas en las que se encuentran los cuerpos.
Para llegar al fondo en donde se encuentran, los cuerpos de los niños indios, se tiene que descender aproximadamente entre 10 y 15 metros de profundidad, con un equipo especial, el cual se tiene que usar para descender hasta el lugar en el que uno de los guías del cuerpo de bomberos Efraín Mendoza, le indicó.
Después de una larga búsqueda, se logro el objetivo: localizar los restos de huesos de indios, así como el tomar algunas fotografías que mostraran la belleza de los cementerios indios.
Entrevistas
Julio García Mares, uno de los habitantes del ejido Charcos de Risa, uno de los más cercanos al cementerio, comenta sobre el “Cerro de la Cuchilla” y el cementerio indio, que hay otros cementerios en los alrededores de esta zona.
Sin embargo, el más frecuentado por personas tanto de La Laguna, como extranjeras, es el del “Cerro de la Cuchilla”.
“Han venido personas de otras ciudades a hacer excavaciones y se han llevado algunas cosas, para venderlas a los norteamericanos, e incluso personas de Estados Unidos vienen a llevarse huesos y todo lo que se encuentre, para los museos de sus ciudades”.
María Adela Ramírez, otra de los habitantes del mencionado ejido comentó: “Hace algunos siete u ocho años, a diario se veían personas que circulaban rumbo al cementerio de los indios, pero últimamente ya no; será que ya se llevaron todo lo que querían, actualmente ya no queda nada de lo que antes se encontraba en esos lugares, además ya está tan esculcado porque removieron las rocas del cerro y poco a poco se han ido derrumbando”.