Las impugnaciones legales dentro de los procedimientos electorales son algo normal, porque la ley crea procedimientos administrativos y hasta judiciales de revisión para tal efecto, a fin de remediar las irregularidades que eventualmente se presentaren. Por ello resultan extrañas las declaraciones del Presidente del Instituto Electoral de Coahuila, que frente a las impugnaciones a los últimos comicios expresa: “más allá de los presuntos errores en la conformación de una casilla o en el cómputo, está la voluntad de los electores”.
La declaración es impertinente, porque no se puede recoger con fidelidad la voluntad de los electores, si existen los errores que el funcionario menciona. El licenciado Homero Ramos Gloria minimiza las críticas que se hacen al organismo que preside, en orden a los cambios de última hora en la ubicación o integración de las casillas, mutilación del padrón, errores de cómputo, etcétera, que corresponden a deficiencias en la operación que es a su cargo.
Entre los casos de impugnación que son objeto de comentario, sobresale el de San Pedro de las Colonias, en el que el candidato a presidente municipal del partido Revolucionario Institucional, pretende la nulidad de la elección. No se trata en consecuencia de una revisión en tales o cuales casillas, que podría derivar en un cambio en el resultado de la votación, sino de un cuestionamiento radical, que pretende invalidar el proceso y obligar a su repetición.
El candidato priísta impugna la actuación del Comité municipal y otros órganos electorales, con lo que contradice la opinión general que prevalece en el sentido de que pese a las imperfecciones de la Ley Electoral y en la operación del proceso, el resultado es aceptable. Es necesario seguir el trámite que conforme a Derecho corresponda y mantener el equilibrio para no descalificar la elección en su totalidad, ni prejuzgar sobre los medios de impugnación hechos valer.