Bogotá, Colombia.- La Policía colombiana decomisó ayer en la ciudad de Cali 40 granadas de mortero, similares a las usadas por los rebeldes que efectuaron en agosto pasado los ataques al palacio presidencial, que dejaron 21 muertos y más de 30 heridos.
El comandante de la corporación en Cali, coronel Oscar Naranjo, dijo que los artefactos fueron hallados en un subterráneo que sus hombres ubicaron en el sector de los Farallones, 450 kilómetros al suroeste de Bogotá.
El oficial dijo a la prensa que las granadas -de 60 milímetros- tienen un radio de acción de 50 metros y que, de haber sido lanzadas, hubieran causado daños considerables, muy similares a los provocados por el ataque del 7 de agosto anterior en la capital colombiana.
Ese día, presuntos integrantes de las rebeldes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) dispararon varios morteros contra el palacio presidencial, dos de los cuales impactaron en el edificio, sin causar víctimas fatales.
Otros artefactos cayeron en sectores cercanos al blanco principal del ataque, lo que provocó la muerte de 21 civiles, la mayoría indigentes que departían en un predio deshabitado de la zona marginada llamada el “Cartucho”.
Las investigaciones oficiales han permitido establecer que para la ejecución de ataques en varias regiones del centro del país fueron fabricadas cinco mil granadas, de las cuales la Policía sólo ha recuperado mil 200.
Con las acciones, las FARC pretendían dar la “bienvenida” a Uribe Vélez, quien durante la campaña electoral prometió combatir con “firmeza y autoridad” a los grupos armados irregulares que operan en Colombia.
Naranjo informó a periodistas que además de las granadas, las autoridades decomisaron varios cartuchos propulsores, celulares y uniformes.
De acuerdo con el reporte, el arsenal pertenecía a un bloque móvil de las FARC, la mayor y más antigua guerrilla de Colombia, que opera en las montañas de los Farallones y estaba listo para su entrega.