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SINGAPUR.- El líder de la Jemaah Islámica Abu Bakar Bashir, acusado de planear el atentado de la isla Bali el pasado 12 de octubre, afirmó ayer que su detención es ilegal, aunque se comprometió a cooperar con las autoridades indonesias.
El supuesto autor intelectual del incidente que cobró 191 vidas y más de 300 heridos, reveló ayer su cooperación para con las autoridades, al tiempo que afirmó que usará su poder para evadir una detención, según reportes de prensa conocidos en esta ciudad-Estado.
"Estoy dispuesto a declarar, pero mi situación incumple los requisitos legales" declaró el clérigo de 64 años, quien presentó una mejora en su salud ayer y podría rendir testimonio hoy mismo, según fuentes médicas, policiales y sus propios abogados.
Bakar quien las autoridades identifican como el líder de la Jemaah Islámica, niega su responsabilidad en el incidente de Bali y afirma que es una cortina de humo de Estados Unidos para dar justificación a su campaña de acabar con el terrorismo internacional.
Internado en un hospital por un problema cardiovascular el día 18 de este mes, Bashir está acusado de dirigir a la Jemaah Islámica en el atentado contrala dicoteca Sari Club y el Bar Paddy’s, que se encontraban repletos de turistas, en su mayoría extranjeros.
La policía también sospecha que Bashir y su grupo, vinculado por Estados Unidos y Australia con la red Al-Qaeda que dirige Osama bin Laden, tienen una estrategia para matar a la presidenta Megawati Sukarnoputri y crear un Estado islámico en el sudeste de Asia.
Este domingo, Australia siguió los pasos que Naciones Unidas dio el pasado viernes, e incluyó al grupo separatista Jemaah Islámica en la lista de organizaciones extremistas, con lo que cualquier miembro del complejo en Canberra puede recibir hasta 25 años de prisión.
La presidenta Sukarnoputri emitió en días pasados un decreto que autoriza la detención en Indonesia de sospechosos hasta por un año sin que se presenten cargos, así como la intervención policial en cualquier atentado y la pena capital como castigo a los responsables.
La jefa de gobierno y Estado indonesia afirmó que el atentado en Bali pudo haberse evitado si los aparatos de seguridad hubiesen funcionado de forma adecuada y con más eficacia, lo que le valió críticas al gobierno por la debilidad de su política antiterrorista.