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México, DF.- El crecimiento económico de 3.0 por ciento proyectado para 2003 mantiene el ingreso por habitante por abajo del observado en 2000, es insuficiente para generar el número de empleos necesarios y dificulta el abatimiento del rezago social, consideró BBVA Bancomer.
En el estudio ?Política económica para 2003?, el grupo financiero destaca que el paquete económico para el año próximo se entregó al Congreso el pasado 5 de noviembre, 10 días antes de la fecha límite oficial, pero minimiza las desviaciones y dificultades de la economía al cierre del presente año.
Este propone una política fiscal y monetaria moderadamente restrictiva, plantea la necesidad de impulsar el crecimiento sobre la base del gasto interno, considera prioritario promover el ahorro público y privado y presenta programas que, de aplicarse, pueden alterar los resultados macroeconómicos establecidos.
De acuerdo con este análisis, realizado por Fernando González Cantú, la institución financiera establece que la característica del presupuesto público para 2003 será ?su austeridad y la ausencia de avance en la solución de los problemas estructurales?. Para los ingresos se espera un incremento menor al crecimiento de la economía y con mayor dependencia de los ingresos petroleros, a pesar de la disminución en el precio de exportación de la mezcla mexicana, estimado en 17 dólares por barril para 2003.
Expuso que la caída esperada en los precios internacionales del petróleo genera de manera automática un incremento en el Impuesto Especial a las gasolinas y el diesel para mantener estable el precio interno, por lo tanto aumenta la recaudación tributaria.
BBVA Bancomer considera que las metas macroeconómicas para 2003 ?son factibles? y congruentes con un escenario de incertidumbre externa y restricciones internas.
Para el tipo de cambio (propuesto en 10.1 pesos para 2003) se espera una depreciación nominal de cinco por ciento sin impacto sobre inflación, ya que esta última se estima en tres por ciento, 1.9 puntos porcentuales por debajo del cierre de 2002 (4.9 por ciento). El análisis expone que la propuesta de reducir el déficit público a 0.5 por ciento del PIB es congruente con el objetivo de equilibrio fiscal en el mediano plazo, aunque se abre la posibilidad de ampliar este déficit si se aprueba un programa de retiro voluntario dentro de la administración pública federal.
En términos generales, BBVA Bancomer opina: ?El escenario presentado en Criterios para 2003 es mejor que el de los dos años anteriores: mayor crecimiento económico manteniendo la estabilidad y la posibilidad de algún avance en los cambios estructurales?.
Sin embargo, lamenta, una variación de tres por ciento en el PIB para 2003 mantiene el ingreso por habitante por abajo del observado en el 2000, es insuficiente para generar el número de empleos necesarios y dificulta el abatimiento del rezago social.
Apunta que el documento de los Criterios Generales de Política Económica para 2003 minimiza las desviaciones y dificultades al cierre de 2002, pero no las ignora: afirma que aunque la inflación será superior a la meta de 4.5 por ciento para este año, no afectara los resultados de 2003.
Respecto al crecimiento económico, se mantiene el pronóstico de 1.7 por ciento, pero se aceptan dificultades al cierre de 2002 y se sostiene que el gasto interno debe ser la base del crecimiento y el ahorro externo complemento del interno, el cual debe de aumentar.
Además, reconoce que el entorno externo genera un panorama de cautela para 2003, debido a la posibilidad de menores flujos internacionales de capital hacia las economías emergentes, conjuntamente con el crecimiento moderado de la demanda externa, en particular Estado Unidos, y el riesgo de volatilidad.
BBVA Bancomer señala que el documento de los Criterios Generales de Política Económica para 2003 menciona que los factores internos que impulsarán el crecimiento son la estabilidad financiera y los cambios estructurales.
Respecto a los primeros, México ha demostrado capacidad para navegar en las aguas turbulentas del entorno internacional actual y resistir los embates de las dificultades en algunos países latinoamericanos, y sobre los cambios estructurales parece poco probable lograr avances significativos en un año electoral.