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Bogotá, Colombia.- El desbordamiento del conflicto armado en las grandes ciudades colombianas está afectando a la población civil y la actividad económica, afirmaron ayer autoridades locales y expertos en el foro “Conflicto armado, la cara urbana”.
El obispo de Barrancabermeja, monseñor Jaime Prieto Amaya, afirmó ayer que el dominio total del territorio lo tienen las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y los derechistas grupos paramilitares.
La autoridad eclesiástica subrayó que en Colombia hay una “violencia costumbrista en la cual, cuando no hay un muerto, se espera lo peor”.
Los dirigentes empresariales miembros de la Confederación de Cámaras (Confecamaras), por su lado, expresaron que el conflicto urbano impacta fuertemente la actividad económica, con una baja de 50 por ciento en el comercio, la inversión, la construcción y el turismo.
Según los empresarios, “la insurgencia cambió de oficinas y ahora despacha desde las ciudades, donde ordena, planea y ejecuta sus macabras operaciones terroristas que agudizan aún más los niveles de inseguridad”.
“Después de haber arrasado con buena parte del campo hasta llevarlo a los niveles de improductividad conocidos, la subversión pretende ahora hacer lo propio con el sector productivo real, sembrando el terrorismo (...) en las grandes ciudades”, acotó.
A juicio de Confecamaras, la escalada de acciones armadas y atentados contra comercios, oficinas, hoteles y viviendas familiares “incrementan las pérdidas del sector privado y desplaza importantes recursos hacia la protección y la seguridad”.
Según el organismo, “se requiere una respuesta urbana que incida radicalmente en el avance del conflicto armado y garantice condiciones de convivencia pacífica mediante el ejercicio legítimo de la autoridad que permita recuperar la gobernabilidad”.
El foro “Conflicto armado, la cara urbana” fue organizado por los medios de prensa Caracol Radio, Caracol Televisión, City TV y El Tiempo, además de Confecamaras, para reflexionar sobre los 40 años del conflicto urbano colombiano.