TORREÓN, COAH.- “La suspensión de tres partidos, obviamente, me hace sentir mal en estos momentos en que el cuerpo técnico necesita de todos los jugadores y no puede contar conmigo, más allá de si puedo ser importante para el grupo o no”, quien así se expresó fue Jared Borgetti al enterarse de su suspensión de tres partidos.
En seguida dijo que era lo que menos deseaba, aunque sabía que podía pasar.
Admitió que el dictamen de la Comisión Disciplinaria le deja un sabor amargo, pues no podrá ayudar directamente a su equipo en la recta final del campeonato, en lo que más sabe hacer dentro de la cancha.
Agregó que lo más importante en este momento es que el técnico tenga varias opciones para poder hacer su cuadro.
Admitió que la jugada de la expulsión fue clara, pero no fue ni un codazo fuerte ni a la cara, ni fue algo que trascienda más allá, ni tampoco es algo que haga constantemente, pero sí es un movimiento en el que se ve la intención, si fue o no fuerte, si causó o no daño, no hay forma de medirlo todavía.
“Hay expulsiones tontas en las que te dan tres partidos, sin embargo, hay expulsiones con mayor intención y te dan sólo uno, eso es muy diferente, hay en otras ocasiones en que son con balón en juego mucho más fuertes, incluso, llegan a fractura y se les da un partido”, apuntó.
Recordó que una expulsión de este tipo no le había sucedido antes, la última que sufrió fue en la jornada ocho del Verano 2001 contra Morelia en el Estadio Morelos, en un arbitraje polémico de Eduardo Brizio Carter, partido que terminó empatado a tres goles, con fecha del domingo 18 de febrero del 2001.
Añadió que no son muchas las expulsiones que ha sufrido, no rebasan la cifra de cuatro, incluyendo la del domingo contra Veracruz, la forma de calificar esta última no lo deja muy convencido.
“Es una situación que me incomoda, ya no puede darse marcha atrás, lo único que queda es aceptar y saber que hiciste mal, que a la mejor tuvo que haber sido de otra forma, son cosas que te pasan, a la mejor no son las mejores”, reconoció.
Aceptó que hizo mal, eso está muy claro, porque cuando expulsan a un jugador por una situación, siempre hay algo que se tiene que recriminar.
Comentó que hay muchas formas de aportar al equipo cuando no le toca estar dentro de la cancha, hay que trabajar bien en cada entrenamiento, hay que darle confianza al equipo, al jugador que entra en tu lugar.
“Hacerle ver que no tiene que pelear contra mí, que no está jugando en mi posición, ni tiene que hacer las cosas mejor que yo, sino que tiene que hacer las cosas simplemente como él las sabe hacer, de la mejor forma, ayudando al equipo y sentirse bien”, precisó.
Para finalizar consideró que lo último que haga es que no se compare con él, eso no puede ser, simplemente que haga su trabajo, porque cada uno juega diferente, en este caso se le requiere al cien por ciento, tanto mental, física como futbolísticamente; es una oportunidad excelente para entrar y hacer bien las cosas.