Internacional Atentados DONALD TRUMP Venezuela

Jimmy Carter: paz frente a belicismo

EFE

Cuando la política de George W. Bush parece conducir al enfrentamiento con Iraq, el flamante Premio Nobel de la Paz y ex presidente de EEUU Jimmy Carter se presenta como cabeza visible y más acreditada de quienes están en contra de la doctrina preventiva de Bush, que podría tener consecuencias “catastróficas”.

En su discurso de agradecimiento del Nobel de la Paz, que le fue entregado en Oslo el diez de diciembre –este es el único Premio Nobel que no se entrega en Suecia- el ex presidente norteamericano resumió los principales desafíos a que se enfrenta el mundo actualmente, y resaltó la importancia de la cooperación internacional para conseguir la paz a través de las Naciones Unidas.

Junto a su esposa, Rosalyn, y otros miembros de su familia, y ante más de mil invitados reunidos en el Ayuntamiento de Oslo, entre ellos el Rey Harald y su esposa Sonia, Carter recibió la medalla y el diploma acreditativos de un galardón que debería haber recibido en 1978, junto a los líderes de Egipto e Israel, Anuar el Sadat y Menachem Begin, respectivamente, por su trabajo en los históricos acuerdos de Camp David.

Carter, de 78 años, recibió el Nobel de la Paz, “por décadas de esfuerzos por encontrar soluciones a conflictos internacionales”, según el Comité del Premio fundado por Alfred Nobel, que reconoce, además de su mediación “vital” para los acuerdos de Camp David, su labor desde el Centro Carter, desde donde “ha asumido una labor muy amplia y perseverante para resolver conflictos en distintos continentes... Se ha comprometido con los derechos humanos y ha servido como observador en innumerables elecciones en todos los continentes”.

Ahora, Carter señala la paradoja de haber entrado en un “milenio de paz”, en el que la Guerra Fría y la amenaza de un conflicto nuclear están superadas, y que al mismo tiempo el mundo sea “un lugar más peligroso”, en el que “los recientes actos de terrorismo nos han recordado que no hay naciones invulnerables”.

Pero, para Carter, y frente a la doctrina de actual inquilino de la Casa Blanca y su principal aliado (Gran Bretaña), “los retos globales deben ser encarados poniendo énfasis en la paz, las fuertes alianzas y el consenso internacional”. Y para ello insistió en que el mejor instrumento es la ONU, aunque sea imperfecta.

“Consecuencias

catastróficas”

Aunque Carter se ha cuidado de no expresar críticas directas al Gobierno de Bush, sí reconoció en una entrevista a la CNN que si el hubiese sido senador, hubiese votado en contra de la resolución que autorizó el diez de octubre último a EEUU a usar la fuera contra Iraq.

Para Carter, la potencia “sin precedentes” que tiene ahora su país desde el punto de vista militar y económico no es sinónimo de razón: “Anteriormente, EU utilizó su fuerza con moderación... y sin dar por hecho que el ser el más fuerte signifique ser el más sabio”.

El ex presidente no olvidó recordar a Iraq que “el mundo insiste” en que este país cumpla las resoluciones de la ONU sobre la eliminación de armas de destrucción masiva. Y señaló en este sentido, que hoy día “hay al menos ocho potencias nucleares, tres de las cuales amenazan a sus vecinos”.

Por eso –recalcó- “el que países poderosos adopten el principio de guerra preventiva crea un precedente que puede tener consecuencias catastróficas”.

Carter no sólo está frente al Gobierno de su país en la política sobre Iraq, sino en otros muchos puntos, y por eso defendió en Oslo algunos de los proyectos multilaterales a los que no se quiere sumar la Casa Blanca, como la abolición de las minas antipersonales, la prohibición de la pena de muerte, “al menos para los niños”, y el Tribunal Penal Internacional.

La tibieza con que EU exige el cumplimiento de las resoluciones de la ONU respecto a Israel y Palestina son otro de los puntos divergentes con Carter, que declara sin ambages que la resolución de Naciones Unidas cuya aplicación puede con mayor seguridad mejorar el entendimiento internacional es la que “condena la adquisición por la fuerza de territorios” en Oriente Medio, pide la retirada de Israel de los territorios ocupados y le garantiza vivir en paz con sus vecinos.

Pero el discurso de Carter, quien subrayó que estaba en Oslo “no como un representante público, sino como un ciudadano de un mundo con problemas”, no fue sólo un llamamiento a la paz, sino que también se refirió a otros desafíos de hoy como son la situación de los derechos humanos, el deterioro del medioambiente y la pobreza.

Carter hizo un guiño a Cuba con una referencia a la necesidad de “corregir la injusticia de las sanciones económicas que intentan castigar a líderes abusivos, pero que demasiado a menudo suponen un castigo para los que ya sufren el abuso”.

El Premio Nobel hizo un alegato especial para exhortar a las naciones desarrolladas a que luchen contra las desigualdades y la pobreza en un mundo que ve como mayor problema del planeta. “En el mundo industrializado hay una ausencia terrible de comprensión o preocupación por quienes soportan vidas de desesperanza y no hemos hecho aún el esfuerzo de compartir una parte apreciable de nuestra excesiva riqueza”, declaró.

Finalmente, el nuevo Premio Nobel animó a los actores mundiales a que colaboren para evitar el conflicto: “La guerra puede ser a veces un mal necesario; pero siempre es un mal”.

Más norteamericanos

contra la guerra

El mismo día en le que Carter recogía su premio Nobel, decenas de organizaciones de derechos humanos, pacifistas, religiosas y estudiantiles aprovechaban en Estados Unidos la celebración del Día Internacional de los Derechos Humanos para protestar contra una posible guerra contra Iraq.

Poco a poco, la sociedad norteamericana está saliendo del impacto de los atentados del 11 de septiembre y sacudiéndose la etiqueta de antipatriótico aplicada a todo aquel que criticase la política exterior gubernamental.

En una céntrica plaza de Washington unos 50 manifestantes entonaron canciones de paz con estribillos en inglés, hebreo y árabe. “No hay justificación para matar a gente inocente en Iraq”, dijo la pastor protestante Ginger Luke, de 56 años.

“No creemos que Jesús pilotaría un B-52”, declaró por su parte a EFE Pat Elder, de la iglesia cuáquera.

Mientras, el portavoz de la Casa Blanca, Ari Fleischer, declaró que el presidente de EU, George W. Bush, respeta las protestas pacíficas, a las que calificó como una “tradición americana”, pero reiteró la posición de su gobierno respecto a Iraq.

Los manifestantes se congregaron frente a la misión de EU en la Organización de Naciones Unidas en Nueva York, realizaron vigilias en California y formaron una valla publicitaria humana en Texas.

Estas acciones se celebraron después de que el 26 de octubre unas 200.000 personas protestaran en Washington, San Francisco y otras ciudades por una posible guerra contra Iraq. Esta fue la manifestación pacifista más grande en EU desde la Guerra de Vietnam.

Entonces y ahora, las voces que más repercusión han tenido en los medios de comunicación de Estados Unidos han sido las de famosos artistas.

Por ejemplo, el pasado diez de diciembre se constituyó en Los Ángeles la denominada Coalición de Artistas Unidos para Ganar Sin Guerra, que denunció las intenciones bélicas del gobierno de Bush como “alarmantes e innecesarias”.

En el manifiesto, firmando por un centenar de actores –algunos tan populares como Kim Bassinger, Matt Damon o Martin Sheen-, se explica que “somos patriotas americanos que creen que Saddam Hussein no puede poseer armas de destrucción masiva. Estamos a favor de que las inspecciones rigurosas de la ONU garanticen el desarme de Iraq”.

“Sin embargo –añade el comunicado- una invasión militar preventiva sería muy mala para los intereses nacionales americanos. Una guerra de este tipo provocará sufrimientos humanos, despertará animosidad contra nuestro país, aumentará la probabilidad de atentados terroristas, dañará la economía y perjudicará nuestra posición moral respecto al mundo”.

Otros artistas han hablado muy claro a título particular, como Harry Belafonte, que acusó al actual secretario de Estado, Colin Powell, de “estar al servicio de su amo” por no imponerse en contra de una acción militar unilateral contra Iraq, una opinión que había expresado con anterioridad.

Barbra Streisand tampoco pudo evitar cambiar la letra de una de sus canciones más populares, “Tal como éramos”, para confesar el miedo que le producen el presidente Bush, y el vicepresidente, Dick Chenney. “Me da miedo la idea de llevar al país al borde de una guerra unilateral”.

Se trata de una protesta que se va extendiendo. Jessica Lange, en la cincuenta edición del Festival Internacional de Cine de San Sebastián (España), confesó sentirse avergonzada de su país por esta actitud bélica dominante entre la clase política.

Sean Penn prefirió las súplicas para detener esta escalada en las tensiones que parece haber situado a EU en las proximidades de un conflicto bélico con Iraq. Para ello pagó un anuncio a toda página en el “Washington Post” pidiéndole a Bush que ponga fin a un ciclo donde “un bombardeo es respondido con otro, la mutilación con la mutilación y el asesinato con el asesinato”.

El realizador Brian De Palma, que en la actualidad reside en París, cree que la falta de un movimiento claro de oposición a un posible conflicto bélico en Iraq es culpa de la manipulación de los medios de comunicación estadounidenses.

Al igual que ocurrió tras los atentados del 11 de septiembre, cuando cualquier comentario en contra de Bush era considerado antipatriótico, el clima de temor aún sigue vigente.

“Es una situación muy peligrosa. No quieres ser citado en un comentario así o serás tachado de antiamericano”, comentó el director en referencia a las críticas sufridas no sólo por Belafonte sino por Woody Harrelson, Tim Robbins, Streisand y otros rostros de Hollywood que han hecho oír su voz en contra de los planes de guerra de Bush.

Leer más de Internacional

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Internacional

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 13317

elsiglo.mx