Los Ángeles, E.U.- Para la actriz y cantante Jennifer López, la vida que tiene ahora, marcada por el éxito económico, la fama y el reconocimiento público, es una magnífica realidad para la que ya perecen no existir límites de ningún tipo.
Quiere decir que en estos momentos tiene a su alcance los medios para volver tangibles todos los sueños, fantasías y anhelos que puedan llegar a cruzarle por la mente.
Sin embargo, nada de eso le ha hecho perder la capacidad de asombro, la espontaneidad en su actitud y las ganas de seguir encontrando nuevos retos artísticos dentro de su carrera en el cine y la música.
“Estoy muy feliz y agradecida con todo lo que me ha sucedido en los últimos tres años”, dijo Jennifer López días antes del estreno de Maid In Manhattan, su más reciente película.
“Me parece que no está nada mal, para una joven latina que creció en el Bronx neoyorquino, haber podido triunfar en este país. Yo espero que otras mujeres también puedan hacer lo mismo. Uno de los ejemplos que siempre tuve fue Rita Moreno. Cuando era niña me gustaba ver sus películas y creer que algún día podría llegar a ser como ella. Aún no lo he podido lograr, pero siento que ya no estoy tan lejos de alcanzar esa meta”.
Invitada por su amiga Elaine Goldsmith-Thomas a trabajar en la cinta Maid In Manhattan, Jennifer López afirma con una sonrisa coqueta y juguetona que en el personaje de Marisa Ventura encontró muchos elementos relacionados con su propia personalidad.
“Me imagino que todas las mujeres latinas somos muy parecidas. Nos gusta ser idealistas, románticas, soñadoras y también muy trabajadoras. Tenemos un sentido del orgullo muy especial, porque somos capaces de hacer cualquier sacrificio por aquellas personas a las que amamos. Así es Marisa Ventura y yo también soy así”, confesó.
“Cuando hablé con Elaine por primera vez le dije que participaría en su película porque en más de una ocasión, gracias a Dios, a mí me ha tocado vivir en carne propia la historia de la Cenicienta. Por eso creo que lo que ocurre en la película no es ningún cuento de hadas, como mucha gente piensa, sino algo que puede suceder en la vida que debemos encarar cada día”, señaló.
El personaje le trajo memorias de su niñez y adolescencia: “Yo nací y crecí en una familia muy numerosa. A los 15 años todavía dormía en una misma cama junto con dos de mis hermanas. Nunca tuvimos dinero que sobrara ni comodidades”, dijo.
“Sin embargo, nunca dejé de pensar que mi vida podría llegar a ser diferente”, aclaró.
“Aunque tardé un poco de tiempo en llegar al sitio que ahora tengo, en ningún momento dejé de creer que podía volver realidad todos mis sueños”.
Conocedora del papel tan importante que la mujer latina ha jugado en la sociedad estadounidense en los últimos 15 años, Jennifer López entiende que con alguien como Marisa Ventura podrá sentirse muy fácilmente identificado el público femenino que tenga la oportunidad de ver una película como Maid In Manhattan.
“A Marisa le preocupan las mismas cosas que a mí. Aunque yo todavía no he podido ser madre, entiendo perfectamente la inquietud que ella tiene por cuidar y proteger a su niño. Marisa es una persona muy responsable y quiere obtener lo mejor del mundo para poder compartirlo con Ty, su único hijo, que es parte de su vida. El es la motivación más grande que hay en el corazón de Marisa y todos los intereses que la mueven están encaminados a darle cariño y afecto. Por Ty ella está dispuesta a alcanzar la cima de la montaña más alta del mundo”, analizó.
En cuanto a cómo encaró el personaje, dijo: “Quise darle a la personalidad de Marisa un tono de absoluta credibilidad. Con el propósito de lograrlo estuve conviviendo durante varias semanas con algunas madres solteras latinas que tienen que ganarse la vida como doncellas y amas de llaves para poder mantener a sus hijos. Eso me ayudó a darle una dimensión correcta a cada una de las reacciones que Marisa tiene durante el tiempo que pasa en el hotel de lujo donde trabaja”.
Buenos y malos momentos
Convertida en la primera actriz de origen latino capaz de atraer a un público masivo a las salas de proyección de Estados Unidos, hecho que han confirmado los millones de dólares que obtuvieron sus películas Out of Sight, The Cell, Enough y The Wedding Planner, Jennifer López no deja de reconocer que se ha equivocado más de una vez al elegir en qué filmes quiere participar.
“Siempre he creído que ningún artista de cine o televisión puede tener una carrera perfecta. Este negocio suele ser un poco engañoso y encontrar un buen guión muchas veces no garantiza que vaya a producirse una buena cinta con él. Lo mejor que yo he podido hacer es sencillamente basar mis decisiones en los nombres de los cineastas que están detrás de los proyectos que me ofrecen”, explicó.
“En la música sucede lo mismo. Gran parte del éxito que se puede tener depende fundamentalmente de quién será el productor con el que habrá que trabajar. A partir del momento en que Oliver Stone, Bob Rafelson y Francis Ford Coppola me hicieron entender eso por medio de los filmes en que fui dirigida por ellos, mi carrera empezó a tener mejores resultados”.
Interesada en desarrollar nuevos proyectos relacionados con su carrera artística, Jennifer López sabe ahora que miles de mujeres latinas la consideran un admirable ejemplo a seguir, digno de ser imitado por todas las cualidades que tiene.
“No me gusta mucho pensar en esos términos. No es nada fácil servir de ejemplo para otras personas. Yo no quiero tener una responsabilidad tan grande sobre mi conciencia. La verdad es que la fama no me ha cambiado. Sigo siendo una chica como las demás”, declaró.
Después de reflexionar un poco, aclaró: “Todo lo que se dice y habla de mí es producto de la publicidad. Así es el mundo del entretenimiento. Es cierto que en estos momentos ya no me hace falta nada. Sin embargo, a veces extraño los tiempos en que podía salir a caminar tranquilamente yo sola por las calles de Nueva York. Esa es una de las fantasías que me gustaría hacer realidad”.