Desde mañana, y hasta febrero de 2003, se exhibirá la obra de 22 destacados creadores de la escena mundial
TORREÓN, COAH.- Aunado a la inauguración de “Amarga Belleza”, Met- Mex Peñoles y la Fundación Televisa estarán ofreciendo en el Museo Regional de La Laguna distintas actividades educativas que complementen la muestra, como ciclos de cine, veladas literarias y un taller de creación.
La exposición de arte contemporáneo internacional será inaugurada mañana, en punto de las 20:00 horas, ante la presencia de autoridades y del curador de la obra, Osvaldo Sánchez.
La colección que abarca 30 obras realizadas por algunos de los más destacados artistas de la escena mundial, forma parte del acervo de Fundación Televisa.
Para la ocasión, Met-Mex Peñoles ha preparado un catalogo, cuyo texto fue escrito por el mismo curador y contendrá la totalidad de las obras que integran la exposición.
De las actividades que arriba se mencionan, el ciclo de cine se ofrecerá los días 13 y 14, 20 y 21 de enero de 2003, en horario de 18:00 a 21:00 horas.
Por su parte, las veladas literarias se desarrollarán durante el 15, 16, 22 y 23 de enero, en punto de las 8:00 de la noche.
Y por último, el taller de creación se llevará a cabo del 21 al 24 de ese mismo mes, a partir de las 10:00 de la mañana.
“Amarga Belleza” presenta la mirada de artistas de Alemania, Argentina, Brasil, Canadá, Congo Belga, Cuba, Estados Unidos, Inglaterra, Italia y Japón.
Entre los artistas que exponen su obra están: Andrés Serrano, Jan Vercruysse, Gilbert and George, Hiroshi Sugimoto, Tunga, Thomas Ruff, Frank Gehry, Richard Long, Issey Miyake, Michell Epstein, Thomas Glassford, Martín Puryear, Richard Deacon, Davis Lynn, Gerardo Suter, Nan Goldin, Oliverio Toscani, Félix González Torres, Herb Ritts, Robert Mapplethorpe, Morimura Yasumasa y Gary Hill.
Las técnicas y materiales que estos artistas usaron, abordan Cibachrome, silicio y plexiglass, ensamblado en madera, plata sobre gelatina, carboncillo sobre papel, revelado cromógeno, cartón corrugado, piedras lisas, poliéster 100 por ciento, jícaras, cadenas de bicicletas y fierro, cedro rojo tallado, aguatinta y cartón litográfico, barniz blando, entre otros más.
La muestra de arte contemporáneo internacional se exhibirá a partir de mañana, y hasta el 23 de febrero de 2003, en la Sala de Exposiciones Temporales del Museo Regional de La Laguna, ubicado en el interior del Bosque Venustiano Carranza.
La mirada del curador: Osvaldo Sánchez
Cuando ya casi nada parece tener sentido, aún está ahí, incólume, la belleza. Su persistencia ha sido siempre un motivo de negación, de transgresión y también de salvamento.
La obra de arte contemporánea, incluso en sus múltiples radicalismos, en el torbellino de sus colapsos sociales, ha permanecido fiel a esa búsqueda, aún profanando su naturaleza prístina y/o renegando de sus visiones utópicas. Lo violento, lo perecedero, lo inocuo, lo sucio, lo terrible, lo frágil, lo irrecuperable… han hecho emerger nuevos territorios visuales, como estigmas recientes del destino humano.
Estas obras, sean utopía, bálsamo, ruina o revelación, exhiben lo que aún podríamos acordar como belleza. No ya un patrón de gusto, no ya un estilo esmerado, no ya algo banalmente amable, sino una herida abierta. Una experiencia límite que da sentido a las más firmes elecciones del ser humano.
De esa perfección imposible o de esa imposibilidad perfecta, trata la presente exposición. Lo abyecto, la intrascendencia, el desarraigo y la disolución siempre traducen a manera de sismógrafo las tensiones y las reticencias del ser humano frente a los modelos de sociedad disponibles. Las sucesivas fracturas del contrato social, el modo en que las dinámicas económicas de eficiencia, competencia y especulación han permeado las prioridades humanas; unido al tráfico de valores éticos instrumentales necesarios para el “éxito social”, han subvertido las nociones de sublime, de trascendencia y de identidad individual. Y el arte contemporáneo, en su modo sutil, da cuenta de ésto, encarnándolo.
Esta exposición no es sobre el gusto estético, sino sobre la belleza como un territorio cotidiano y aún posible de comunión y de verdad. Sobre cómo la obra de arte, —muchas veces a contracorriente de las mayorías de opinión o de las inercias y conveniencias de los esquemas sociales—, logra decir y hacernos ver aquellas imágenes incómodas donde el ser humano se descubre a sí mismo: en su soledad, en su transitoriedad, en su miedo, en su violencia, en su delicadeza, en su afán de perfección, en sus fugas, en su silencio…