La conseja de -una vez ahogado el niño, hay que tapar el pozo- sigue vigente en nuestros funcionarios a cualquier nivel. Los fenómenos naturales son impredecibles y escapan al control del hombre, aunque con satélites, sismógrafos, vulcanógrafos y otros aparatos científicos se detecten, se explique su origen, su forma, rumbo y ubicación e inclusive se calcule su magnitud, sin embargo pocas veces se puede evitar una catástrofe.
Una vez desatada su incontrolable naturaleza, ante los fenómenos naturales al hombre sólo le queda una cosa: la impotencia, aun cuando se cuente con grandes máquinas para una posible protección. En nuestro vasto territorio nacional pasa algo utópico, la lluvia debería causarnos gusto y alegría, augurio de buenaventura en cosecha, frescura en el medio ambiente y limpia de la atmósfera, recarga a los abatidos mantos acuíferos., etc. Pero es todo lo contrario, porque para muchos ciudadanos es una maldición, esta lluvia nos quita el sueño, trastoca la ciudad, hay hundimientos, tapa coladeras desnudando de paso la corrupción en lo pésimo de las obras hidráulicas donde se gastaron cifras de 7 dígitos.
Cada año en épocas de secas son varios los estados que vía su gobernador pide y suplica al gobierno federal que su entidad sea considerada “zona de desastre” so pretexto de que la sequía se prolongó por meses e inventan por ahí gráficas con ausencia de agua (lluvia), inclusive con sus presas agotadas, pero resulta que a los cuantos meses estos mismos gobernadores piden a gritos que su estado sea declarado “Zona de desastre” y se apliquen planes como el DN III, porque sus equiperos (funcionarios y trabajadores) no pueden controlar el agua. Nuestros gobernantes nunca prevén y esto es una regla general, aun viendo lo que acontece en los estados cercanos, jamás se toman precauciones, se sigue con la improvisación en todos los aspectos.
En sexenios pasados el famoso (Fonden) el Fondo para Desastres Nacionales, su dinero fue tomado por los gobernantes para sufragar campañas y ése fue el motivo que nunca existió. En 1986 cuando el gran terremoto Miguel de la Madrid Hurtado, volvió a formar un remanente para contingencias, y como todas las cosas que se formaban al vapor se van por la coladera, el caso de este dinero se esfumó y sólo quedó en buenas intenciones. Amén a la falta de prevención en las catástrofes, está la ineptitud en muchos funcionarios de la Comisión Nacional del Agua (CNA), cuando se exculpan de las inundaciones en poblados próximos a ríos o presas, el caso reciente y concreto de Zacatecas Durango y San Luis Potosí y que lamentablemente hubo pérdidas humanas por descuido de esta dependencia. Irresponsable es también que bajo pretextos y las excusas vertidas se querían cobijar y mucha culpa tienen estos “expertos” en aguas, porque es su obligación vigilar, diagnosticar, reparar y prever. Si no saben o no pueden con el paquete de las aguas estancadas o en movimiento que renuncien, porque México no puede vivir con comisiones que más parecen agencias de colocaciones y con luminosas delclaraciones de sus jefes quieren arreglar lo inarreglable; la ineptitud en todo su esplendor.
Desde luego luchar contra la naturaleza es cosa de tintes y nosotros como simples humanos ante los embates la llevamos de perder ¡Pero! sí podemos tomar precauciones (prevenir); palabra extraviada en casi todo territorio nacional y en cualquier aspecto, los funcionarios la cambiaron por la ineficiente burocracia costumbrista, propiedad toda de esta oficina llamada CNA. Aquí es justo recordar aquella señora de tristes recuerdos Julia Carabias titular de la Secretaría del Medio Ambiente, (Ecología), durante el sexenio de Ernesto Zedillo. A dicha funcionaria en ese entonces se le entregó un monto de $1,400 millones de pesos para contingencias, dinero que esta folklórica señora ahorró: cuando se le cuestionó sobre los diversos incendios en la República, ella respondió: -Esperamos que llueva, para que un fenómeno combata al otro,- sin comentarios, ¿verdad?
Para desgracia nuestra y ante esa hidra de secretarías y sus co/subsecretarías, subdelegaciones y distritos, etc. Que se tienen implementados, el gobierno federal y estatal al menos los puede culpar y de alguna manera quitarse los golpes. Total en México nadie previene mucho menos remedia. Pero no todo está perdido en México y donde sí les damos las buenas y malas a cualquier nación es en inventar pretextos y comisiones y otra vez después de un tiempo A MEDIO TAPAR EL HOYO, total eso y más aguantamos ¿o qué acaso no somos la raza de bronce ...?
¡Ojo Torreón!,
gasolineras a pasto
La explosión que ocurrió en el drenaje de Guadalajara (calle Reforma) fue por acumulamiento de gases inducido por los desperdicios y escurrimientos de las gasolineras; es para reflexionar.
En Torreón sólo los puestos de gorditas y hamburguesas superan a estos expendios de combustibles y en proyecto otras 7 estaciones más de gasolina que entrarán en servicio antes de finalizar el año, inclusive en estacionamientos de centros comerciales, como en los USA (las tiendas HB).
Tal parece que los permisos son gratis y que el mismo monopolio de Pemex los regala inexplicablemente, y sin variar la regla ¿porqué en cada gasolinera, adjunto a ésta existe un expendio de cerveza? ¿quién otorga los permisos para vender gasolina Pemex o alguno de los dos monopolios de la mexicana alegría?