No cuesta un peso y no tiene repercusión sobre el ambiente o sobre el ser humano
El hombre, desde que es hombre, se ha preocupado por encontrar nuevas fuentes de energía, fuentes más cercanas, más sencillas de obtener y más baratas.
En la actualidad, las sigue buscando, pero ha aumentado una condición: estas fuentes deben ser más amigables con el ambiente. Así, los hombres de ciencia han dirigido su mirada al sol.
El desarrollo de autos de energía solar no se debe tan sólo a aquello de la contaminación o de la alarmante forma en que estamos acabando con el ambiente. Tiene mucho que ver con la economía. En un día soleado, una superficie de un metro cuadrado recibe mil watts de energía; energía que no cuesta un peso y que no tiene repercusión alguna sobre el ambiente o sobre el ser humano.
La carrera de la energía solar empezó hace unas dos décadas. Al principio fueron sólo calculadoras y relojes, pero ahora podemos encontrar autos, satélites e incluso casas alimentándose con energía proveniente del sol.
La conversión de los rayos del sol en energía es algo compleja; para hacerla es necesario utilizar unas células fotovoltaicas de silicio o algún otro semiconductor para que tras recibir los rayos del sol se exciten sus electrones con los fotones contenidos en la luz y produzcan así electricidad.
Suena fácil, pero en los módulos fotovoltaicos se lleva a cabo una reacción química interesante. Al ser golpeadas las celdas por los rayos del sol al menos un electrón del semiconductor quedará libre; estas celdas tienen campos eléctricos así que el electrón liberado fluirá en una dirección determinada generando electricidad. En la parte superior e inferior de las celdas hay contactos metálicos que recibirán esta energía y la conducirán fuera de la celda.
Utilizando silicio en las celdas fotovoltaicas podemos capturar entre el 15 y 20 por ciento de la energía radiada por el sol. Esto es porque los fotones que tienen una longitud de onda muy baja cruzarán las celdas como si fueran transparentes; mientras que los que tienen una longitud de onda alta no liberarán electrón alguno. Además, al ser reflejante, hace que muchos de los fotones reboten y se pierdan. Mientras no se encuentre un semiconductor que tenga las características del silicio no se podrá mejorar mucho el manejo de la energía solar.
Este principio es el que permite que las calculadoras funcionen con cualquier fuente de luz, aun sin tener pila y es también el que permitió a un equipo de estudiantes de la Queen’s University de Notario, en Canadá, recorrer 7 mil 042 kilómetros en un auto alimentado solamente con energía solar a una velocidad promedio de 75 kilómetros por hora; nada mal si tomamos en cuenta que no gastaron ni un litro de gasolina.
En la actualidad todos los autos solares son ligeros, incómodos, de una sola plaza y excesivamente caros; pero todos son pruebas. No falta mucho para que se mejoren las celdas fotovoltaicas y permitan que todos los autos sean solares. Tendrán “cero emisiones” y su combustible será gratuito.