El Consejo Ecológico de Participación Ciudadana de Torreón, A.C. O.N.G., en su papel de proteger el medio ambiente y sus recursos naturales, ha estado pendiente del suceso de la escasez progresiva del agua regional y el desarrollo sustentable de La Laguna.
Es cierto que en forma periódica se adolece de ciclos de sequía con duración de once años, por cuatro o cinco de lluvias normales, lo que es motivo de investigación, mientras se aprecian las presiones sociales, económicas, políticas y culturales sobre las fuentes de suplencia de agua, asunto que requiere un análisis.
Existen tres fuentes que son: la pluvial, que por el ecosistema del semidesierto y el índice de evaporación, sólo es de 250 milímetros anuales, lo que no se considera apreciable. La segunda fuente es la proveniente de las aguas superficiales de los ríos, que en un sistema endorreico escurren de la cuenca baja en donde se encuentran los asentamientos humanos más importantes de la región lagunera de Coahuila y Durango. Esto es en lo que se refiere al río Nazas. El otro río, el Aguanaval, viene desde el estado de Zacatecas, cuyas aguas sin control, en forma esporádica, bajan hasta La Laguna de Viesca y la influencia de ambos y demás escorrentías, conforman, junto a las subregiones, el Distrito de riego número 017. En este aspecto, la historia hidráulica en el uso de las aguas superficiales y subterráneas o acuífero, desde los años cincuentas, nos demuestra que las cosas son circunstanciales, lo que todos deben comprender; como cuando el mundo, México y la región se vieron en un período crítico, en la época de la post guerra, en la que hubo falta de producción de alimentos.
Es así como en la región se abrieron campos al cultivo, el uso del agua de los ríos y de la presa Lázaro Cárdenas recién construida y el alumbramiento de las aguas del subsuelo por aproximadamente cuatro mil pozos. Esto obviamente, ante el desarrollo sostenido, hizo que se utilizaran los recursos hídricos a su máxima capacidad, lo que ocasionó en poco tiempo un desequilibrio en los acuíferos, a causa de ser mayor la extracción que su recarga, cosa que se manifestó en la desaparición de los manantiales que eran numerosos en la región, allá por el año de 1955. El desarrollo sostenido no fue perdurable y el gobierno se vio obligado a establecer vedas en el alumbramiento de las aguas freáticas y el registro de pozos quedó restringido a un número concesionado.
Otras presiones se fueron agregando, como las exigencias de agua para satisfacer a una población creciente, los ciclos de sequía, la deforestación progresiva, el sobre-pastoreo y el monocultivo del algodón que sufría “dumpings” por los monopolios extranjeros que lo hicieron incosteable.
Viene luego un abatimiento progresivo de las reservas de agua subterráneas, y las presas contienen un volumen escaso que obliga a que la agricultura extensiva se reduzca proporcionalmente al recurso agua, y de aquellos ciclos agrícolas normales de primavera-verano, y otoño-invierno se convirtieron en mini-ciclos. El sector agropecuario, productor de carne y leche, crece gracias a un desarrollo extensivo de forrajes, principalmente alfalfa, que es altamente consumidora de agua. Esto va convirtiendo a La Laguna en una cuenca lechera de primer orden nacional, a expensas de la única reserva de agua que queda.
En el pensamiento de todos los laguneros, está en el fenómeno de la conversión de las actividades del campo a la industria, que es menos consumidora de agua y genera más empleo, dado el caso de la progresiva escasez de agua, parteaguas que fue en 1991 y 1992, con la última avenida del río Nazas, terminando así el desarrollo sostenido de la región. De ahí en adelante, el sustento ha sido en base a las reservas del subsuelo de agua, que prioritariamente son y serán del reclamo doméstico, y el desarrollo ya no es sostenido como fuera el deseo, sino sustentable, de acuerdo a una nueva fórmula de prioridades. Esto no quiere decir que las cosas no tengan solución. Por ejemplo, la cuenca lechera puede importar forrajes, granos y otros elementos nutricionales y reducir el gasto de agua; buscar nuevos sitios para el desarrollo pecuario y por ende, de alimentos para el ganado, fuera de la región, en algún lugar con mejores recursos naturales y dentro del mismo ecosistema del semidesierto, que se debe respetar.
La Naturaleza nos ha ofrecido los medios que hay que saber utilizar racionalmente y todo como en la vida, las cosas son circunstanciales, lo que nos obliga a no satanizar gente o inculpar a alguien del agotamiento del recurso agua. Hay que, con tolerancia, encontrar soluciones y resolver los problemas que se avecinan, en forma conjunta.
La sociedad organizada en Laguneros por el Agua, A.C., O.N.G., ofrece la alternativa de que a través de tecnología avanzada, como son los Sondeos Electromagnéticos (Sems), conocer cuánta agua nos queda en las reservas acuíferas y de su diagnóstico derivar los programas de distribución y conservación de la calidad del recurso.
El día quince de los corrientes, ya se practicó el primer Sems, en la Universidad Autónoma de La Laguna, al cual van a seguir otros, hasta completar la primera fase de 35, dentro de la reserva potable del acuífero principal y en corto plazo, satisfacer el estudio en todo el polígono del agua buena, que se completará hasta llegar a los 200 Sems, que es el compromiso obligado de todos.