Torreón Acoso escolar Torreón Agua Saludable Sistema Vial Abastos-Independencia Virgen de Guadalupe

La indigencia es buen negocio

Torreón, Coah.- Medio día de un domingo cualquiera. A la entrada de la Iglesia los indigentes sólo agachan la cabeza y estiran la mano. Piden una moneda o varias, según sea la voluntad de las personas. En los cruceros la situación es la misma: niños y mujeres indígenas mendigan los pesos.

Algunos caminan por las calles pidiendo lo que sea: un peso, un pedazo de pan o un suéter para protegerse del frío. Otros se instalan en un crucero o calle, pero no en cualquiera, los indigentes escogen el lugar adecuado, pues las ganancias pueden resultar mejores en ciertos puntos de la ciudad.

Se incomodan cuando alguien les preguntan cuánto ganan. No quieren decir sus nombres. Las indígenas se defienden: “no español”, luego ríen. Para nadie es un secreto que mientras las mazahuas –comunidad a la que pertenecen- se ganan la vida estirando la mano, los hombres se quedan en casa a esperarlas.

Desde hace 30 años la comunidad Mazahua llegó a Torreón para quedarse. Y es que dicen, en San Martín de Pera, municipio del Estado de México, ganarse la vida era ya muy difícil. Ahora viven en una vecindad de la colonia Vencedora.

Mientras don Fidel estira un vaso de plástico, agacha la cabeza. Desde hace varios años pide limosna en el centro de la ciudad. Pero él tampoco quiere hablar. Dice que le duele recordar su pasado y el por qué tuvo que terminar en las calles pidiendo limosna.

“No me pregunte nada, muchos dicen que estamos aquí por gusto, por ganar dinero fácil. A lo mejor muchos si lo hacen por eso, pero también algunos tenemos necesidad”.

Don Fidel debe tener algunos 80 años. Se recarga en la pared para no cansarse, estira las piernas mientras acerca sus pertenencias, son pocas: un vaso, un bote y una bolsa llena de papeles.

¿Cuánto puede ganar en un día?, Pero don Fidel ya no quiere hablar, agacha la cabeza una vez más y finge no escuchar nada.

Los cruceros son los mejores. Ahí las monedas al cabo de unas horas se convierten en un buen negocio. Vicente –así dice llamarse-, es un joven que desde hace varios años se dedica al oficio de la mendicidad. Su ganancia puede resultar envidiable: hasta 400 pesos por día.

Vicente al igual que otros jóvenes, la hace de artista callejero en el bulevar Independencia y calle Niños Héroes. Unos cuantos actos circenses y listo, la gente le da el dinero que necesita para sobrevivir: “ya tengo tiempesillo aquí, me salí de la escuela porque era un burro, la verdad no me gusta estudiar”.

En unas horas, dice, puede ganar hasta 300 pesos: “nos va bien, el problema es que luego todos se quieren venir al mismo crucero y eso no se vale, yo ya tengo mucho tiempo aquí”.

El DIF, presto a apoyar

El Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) cuenta con diferentes programas para brindar apoyo tanto a las mujeres indígenas como menores indigentes, incluso con diversos albergues donde se les enseña a cómo tener una mejor calidad de vida.

Casa Puente, edificio sede del programa Niños y Niñas con Esperanza del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia, cuenta con las instalaciones adecuadas para brindar comida, un techo y además ofrece diversos talleres para los menores de edad.

Antes, la atención especializada para los niños de la calle se brindaba en el Centro Multifuncional Nueva Rosita del DIF, pero el lugar no cumplía con las necesidades que los menores requerían y fue necesaria la construcción de un albergue como Casa Puente.

Hoy Casa Puente constituye el espacio de trabajo para los programas de Madres y Embarazadas Adolescentes, Menores en Riesgo, Apoyo y Seguimiento Académico, Menores Empacadores, Rehabilitación de Adicciones y Menores en Situación de Calle.

Este complejo está conformado por oficinas, salas de terapia familia, grupal e individual, baños y regaderas, gimnasio-auditorio, además de áreas verdes para realizar actividades al aire libre. Las actividades son encabezadas por trabajadoras sociales, psicólogos, profesores, además cuentan con asesores legales, médicos y nutriólogos, para complementar la atención a los menores en riesgo.

En los centros de desarrollo se logró que más de tres mil mujeres y hombres que participaron este año en cursos ocupacionales y talleres de capacitación, que les permitieron aspirar a mejores opciones de empleo y, como consecuencia, a un nivel de vida mejor.

Leer más de Torreón

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Torreón

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 13388

elsiglo.mx