El Cereso de Gómez Palacio, cuenta con 50 mujeres internas
POR: LUIS ALBERTO MORALES CORTÉS
FOTOS: JAIME DE LARA
Gómez Palacio, Dgo.- La Navidad es para pasarla en familia, pero no todos tienen la oportunidad. Convivir con los hijos y obtener la libertad son los anhelos más deseados entre las internas del Centro de Readaptación Social (Cereso). ?Veo a mis hijos cada dos años, los extraño mucho?, dice Mari de 39 años, quien tiene casi cinco años recluida en el penal por un delito contra la salud.
Norma llegó a la cárcel el sábado, la acusan de complicidad en un auto robo, todavía no se resuelve su situación jurídica, por lo pronto no podrá pasar la Nochebuena con sus dos hijos de nueve y dos años, ?No debería estar aquí, soy inocente?, dice la joven de 25 años.
Acompañada del pequeño Gabriel, María de los Ángeles de 31 años también lleva cuatro años cumpliendo su sentencia por un delito contra la salud. ?Ahora esta aquí mi niño, pero ya va a cumplir cinco años, en enero se tiene que ir con mi mamá?, dice la mujer mientras abraza a su pequeño.
Los casos de las tres internas son similares a los que enfrentan las casi 50 mujeres que en promedio se encuentran como residentes del Cereso, el 50 por ciento de ellas sentenciadas por delitos contra la salud.
Sus hijos, el mejor regalo
Mari lo confirma, su mayor deseo esta Navidad es ver a sus seis hijos juntos, actualmente uno de ellos también es huésped del Cereso, a los dos los detuvieron con 44 kilogramos de mariguana ?clavada? un en un auto.
?Íbamos a El Paso, un señor en Michoacán nos prestó su carro, mi mamá estaba enferma en Carolina del Norte, no sabía que estábamos cargados?, dice Mari y agrega que la descubrieron en el Precos de Bermejillo.
Su ingreso al penal fue el 26 de octubre de 1997, junto con su hijo Pablo de 23 años. Su familia la conforman su hijo José de 22 años, Azucena de 20 años, Jairo de 16 años, Jessica de 13 años, y Janet de 10 años.
?Sólo tengo a mis hijos, mi primero esposo fue asesinado y a mi segundo marido lo perdió cuando entre a la cárcel?, comenta Mari quien esta sentada en la orilla de su cama, en la pared se observa un adorno elaborado por ella, en él están los nombres de sus hijos y dice: ?Siempre los tengo presentes?.
En la cárcel se encuentra el valor de las personas, Mari se preocupa, dice que sus hermanos fueron víctimas de dos abogados estafadores que prometieron la libertad a cambio de una buena suma de dinero.
?No se nada de mi situación, nadie me dice cuando voy a salir, me dieron diez años, ya casi cumplo la mitad, me porto bien pero no sé si eso sirva de algo?, dice Mari.
Al final siempre esta la esperanza, Mari tiene dos nietos, los conoce en fotografías, uno de ellos es una niña que se llama como su abuela. ?Cuando salga voy a trabajar y a luchar con mis hijos, dice la joven madre.
Gabriel hace feliz a su madre
El caso de María de los Ángeles es singular, ella dice que viajaba en un camión de pasajeros de su pueblo en la sierra de Sinaloa con destino a esta ciudad, ?nos revisaron y había varias maletas con droga, los policías dijeron que otra muchacha y yo éramos las dueñas?.
Acompañada de su hijo Gabriel, María cuenta que su madre enferma cuida de sus otros cuatro hijos, sus hermanos la ayudan, ?me faltan mis demás hijos?, dice la mujer.
Gabriel mantiene viva a su madre, es el representante de los demás hermanos, María sólo ha visto a sus demás hijos una sola vez desde que entro a la cárcel el 25 de marzo de 1998.
El paso de los años le trae a María un remordimiento, ?No debí visitar a mi viejo, como me vieron la credencial del Cereso me acusaron?, dice la joven madre y agrega que su esposo llevaba seis meses en el penal, y también le dieron diez años.
?Uno no debe confiar ni en su sombra?, dice María. Parece que la mayoría de las mujeres internas sufrieron una decepción o un engaño, ninguna lo acepta abiertamente, pero insisten en no confiar en los demás.
Navidad sin sus pequeños
Sergio tiene nueve años, María Liliana dos años, ambos son hijos de Norma, quien tiene un mes de separada de su esposo, ahora esta en el Cereso, dice un hombre la amenazó y la involucró en un problema y comenta ?No se dejen manejar por nadie?.
Antes de llegar a la cárcel, Norma trabajaba en una maquiladora, ganaba entre 600 y 700 pesos a la semana, con eso sostenía a sus hijos, su esposo hacía tiempo que no aportaba al ingreso familiar, por eso se dio la separación.
Norma no se imagina estar sin sus hijos, su cara cambia y se entristece, parece que quiere llorar pero aguanta y contiene una lagrima. Su futuro todavía no esta resuelto, dentro de poco sabrá si se va o se queda, pero por lo pronto ya experimenta la dificultad todas sus compañeras de reclusión, pasar una Navidad sin sus hijos.
Una esperanza
Hugo García Astorga, director del Cereso, informa que cada semana se estudian los casos de preliberación de todos los internos en el penal.
?Cuando alguien cumple la mitad de su condena, puede ser candidato a recuperar su libertad?, dice el funcionario y señala que se revisan una serie de requisitos para aprobar una preliberación.
La buena disciplina durante su estancia en el penal es un factor determinante para que alguien sea candidato, también influye el tipo de delito cometido y el trabajo que realice dentro del Cereso.
El trabajo realizado por la Secretaria Auxiliar y el Comité Interdisciplinario del panal trabajó bastante en el año, de enero a al 21 de diciembre de 2002 se otorgaron 89 preliberaciones preparatorias y absolutas.
La cifra represente menos del diez por ciento de la población global del Cereso y la situación se torna obscura para las mujeres según lo indican los números.
De las 89 libertades, sólo dos mujeres fueron beneficiadas, la cifra es mínima comparada y representa el cuatro por ciento de la población de mujeres durante el año.
El director del penal ya esta enterado del caso, y es sus manos está que a partir del próximo año se revisen a fondo los casos de las internas, de las mujeres que se preocupan y añoran su libertad para estar de nuevo con la familia.