Históricamente, en los países de América Latina y el Caribe, la obesidad y el sobrepeso han sido subestimados como problemas de salud pública. Durante mucho tiempo se ignoraron sus consecuencias negativas para la salud y cuando se cobró conciencia del hecho, se le interpretó como una realidad distante, sólo válida para otros contextos socioeconómicos, e insignificante o secundaria frente a la desnutrición energeticoproteica y a otras deficiencias específicas asociadas con la pobreza.
Sin embargo, con mayor frecuencia se observa una relación directa entre la desnutrición y la obesidad en los sectores más pobres de las sociedades tanto en América Latina como en poblaciones vulnerables de los países desarrollados, fenómeno que se acentúa entre las mujeres.
Un estudio realizado en Argentina, analizó los aspectos socioeconómicos que condicionan el acceso a la alimentación, la práctica de ejercicios físicos y las percepciones acerca de su propio cuerpo. El estudio comprobó que la estrecha asociación entre la obesidad y la desnutrición afecta más a las mujeres pobres y esto es consecuencia entre otros factores de su autoexclusión de las comidas en favor de los niños y del esposo que sale a trabajar.
Estudios realizados en Nueva York, comprobaron que la obesidad fue seis veces más prevalente entre las mujeres de condición socioeconómica baja que entre las de condición alta.
Ambos estudios, además de otros diez artículos, están contenidos en la nueva publicación de la OPS titulada: La Obesidad en la Pobreza: Un Nuevo Reto Para la Salud Pública.
El libro presenta un panorama actualizado de la prevalencia del exceso de peso y la obesidad en los países de América Latina y el Caribe, sus efectos adversos a mediano y largo plazo, y las implicaciones desde el punto de vista de la planificación de acciones de salud pública.