POR KARLA ALVARADO GUERRA
EL SIGLO DE TORREÓN
TORREÓN, COAH.- Juan Rodríguez nació en 1907 en la ciudad de Torreón. En ese entonces Porfirio Díaz preparaba su séptima campaña presidencial. A la edad de siete años Juan tuvo la oportunidad de conocer a Francisco Villa en persona y a todos sus revolucionarios, en una de las cuatro ocasiones en la que fue tomada la cuidada de Torreón por las tropas de Villa.
Juan Rodríguez tenía la edad de cuatro años cuando sucedió la primera toma que fue el nueve de mayo de 1911, el mismo día que Villa y Pascual Orozco trataban de lanzar un ataque contra Ciudad Juárez, los maderistas laguneros avanzaron de Gómez Palacio y Lerdo sobre Torreón, trabándose fuertes combates a lo largo del Nazas.
La segunda toma de esta ciudad fue del 20 al 30 de julio de 1913, hasta que los revolucionarios, tanto por agotamiento, como por falta de parque y de artillería, tuvieron que abandonar la plaza. Fue muy cruel la acción que vivió el lagunero Juan Rodríguez y el pueblo torreonense en esos diez días de combates, en que las avenidas Hidalgo y hoy Presidente Carranza se convirtieron en campamentos de las fuerzas federales. Este hecho sangriento quedó registrado como la “Decena trágica de Torreón”.
El primero de octubre de 1913 fue la tercera toma y la primera que hizo el general Villa. Esa fue la primera vez que Juan veía en persona al general y a sus guerreros. Se dice que al filo de la media noche del primero de octubre entraron a Torreón las tropas de la recién formada División del Norte, con grandes demostraciones de regocijo, pero con la advertencia de que habría pena de muerte al que robara o tomara bebidas alcohólicas. Al siguiente año Francisco Villa volvió a tomar la ciudad el 2 de abril de 1914. Sin embargo en 1911 la ciudad había sido tomada por los maderistas, el 15 de mayo, cuando ocurrió la matanza de los chinos.
Don Juan Rodríguez actualmente tiene la edad de 95 años de edad y recuerda las experiencias que se vivieron en el tiempo de la revolución en esta ciudad “El General Francisco Villa realizó buenas obras con la gente pobre de Torreón, en ese entonces, me acuerdo que una de las ocasiones en las que visito la ciudad, les ordenó a sus gentes que abrieran unos carros que traían alimentos como fríjol y maíz entre otras cosas y que las repartieran a toda la gente pobre y como esas buenas obras, hubo más”.
Según don Juan, en las visitas que Francisco Villa hacía a esta ciudad, realizaba diversas ayudas a la gente pobre y la situación era muy diferente, “En esos tiempos no había pobreza, porque la lucha se hacía con el fin de que el poder ya no estuviera en manos de una sola persona, yo en varias ocasiones tuve la oportunidad de ver con mis propios ojos al general Villa y conocí a sus revolucionarios”.
“Yo viví la revolución en carne propia, a mi padre lo mataron por el simple hecho de no contestar quien vivía en la casa, cuando llegaron a tocar la puerta y preguntaban ¿quién vive?, como el no contesto nada por temor, entraron y lo mataron”.
Desde entonces don Juan, recuerda aquellos tiempos como los mejores “Los tiempos de la revolu-ción eran los mejores en el sentido de que el pueblo mexicano se unió con el único fin de tener libertad y los mismos derechos. Ahora hay más pobreza que antes, los mexicanos se dejan influenciar y dejan que el mal gobierno haga lo que quiera, ya no hay ese espíritu de lucha por el bienestar de los mexicanos, ahora quieren derribar lo poco que queda de esos tiempos, como la Plaza de Armas”.
“Dicen que debajo del quisco de la plaza de armas hay un tesoro que el general Francisco Villa enterró, y por esa razón van dos veces que Garza de la Garza, quieren tumbarla con el pretexto de construir un estacionamiento subterráneo, pero en realidad es para escarbar y buscar el tesoro que se dice esta enterrado ahí. Yo pienso que sí hay un tesoro pero no lo enterró Villa, porque a mí me toco ver que todo lo que tenía lo repartía con los más necesitados”.
Lo cierto es que los revolucionarios como Francisco Villa, que lucharon por los mexicanos, aún siguen en la memoria de las pocas personas que quedan de los tiempos de lucha. Para Juan Rodríguez el 20 de noviembre representa la fecha más importante del año “Es muy importante que no se pierda la celebración del 20 de noviembre, es la consumación de la libertad de todos los mexicanos. Para mí es la fecha más importante del año”.
La celebración; el tradicional desfile.
Cada años la conmemoración de la revolución Mexicana es festejada con el tradicional desfile del 20 de Noviembre en el que participan autoridades municipales, educativas y militares, encabezó. El día de hoy se conmemora el 92 aniversario del inicio de la Revolución Mexicana.
Desde el balcón central del edificio de la Presidencia Municipal, el mandatario de la ciudad de Torreón preside el paso de los contingentes formados por cientos de estudiantes, miembros de los cuerpos de seguridad pública y organismos de rescate.
Con carros alegóricos, los participantes presentan estampas de pasajes revolucionarios, en los que destacan los personajes de Don Francisco I. Madero, Don Venustiano Carranza y Francisco Villa. En el desfile multicolor, los jóvenes estudiantes hacen gala de sus destrezas y habilidades en diversas disciplinas deportivas y presentan diversas tablas gimnásticas que son observadas por miles de familias que se dan cita a lo largo del trayecto del tradicional desfile.
Varias instituciones educativas, de gobierno y asociación civil forman parte del desfile cada año, como la Secretaría de Seguridad Pública, los cadetes del Instituto Superior de Estudios de Seguridad Pública, elementos de la Dirección de Seguridad Pública Municipal, Protección Ciudadana y socorristas de la Cruz Roja Mexicana, entre otras.
Cada año se dejan ver además de los carros alegóricos con niños vestidos de revolucionarios, escuelas de los diferentes niveles de educación, deportistas, e incluso artistas. Un sin número de personas se dejan ver en las calles de Torreón, Gómez y Lerdo, para observar el tradicional desfile y conmemorar el día de la Revolución Mexicana.
La revolución y los combates en Torreón
Cuando Torreón fue nombrada ciudad contaba con buenos hoteles, transporte, luz eléctrica, agua y drenaje, bancos industrias importantes como La Constancia, La Metalúrgica, La Continental, La Alianza, La Unión, amén de docenas de talleres abastecedores y auxiliares de aquéllas; sobre todo la producción y comercialización de los productos agrícolas que dieron pie a la formación de almacenes de toda índole.
Se comprende que siendo Torreón un centro ferrocarrilero, agrícola, comercial y estratégico, al iniciarse la revolución maderista fuera peleado. Así se explica que haya sido teatro de numerosos combates. Primero, entre revolucionarios y el ejercito del general Díaz; después entre los ejércitos constitucionalistas y los que sostenían a Huerta; luego, cuando la escisión de Carranza y Villa, entre sus fuerzas. Establecido el constitucionalismo con la Promulgación de la Carta Constitucional del 5 de febrero de 1917, presenció, más que resistió, las asonadas de 1923 con el levantamiento de Adolfo de la Huerta; de 1927, motivada por la insurrección de los generales Arnulfo R. Gómez y Francisco Serrano y por último la de 1929, la del general Gonzalo Escobar, comandante de esta plaza.
Torreón no tuvo más consecuencias que los continuos cambios de presidentes municipales. De 1923 a 1924, se dio el cambio de presidentes municipales. En este periodo don Nazario Inició la proyección del Boulevard Morelos, Secundado por Arellano y Ramos Farías en forma admirable.