Anthony Giddens, ha popularizado la denominación Tercera Vía, como una definición a esa posición política y económica ecléctica entre dos grandes posiciones ideológicas tradicionales que en los últimos dos siglos han polarizado la vida política en las grandes potencias occidentales: la llamada derecha conservadora y propulsora de la libertad económica para la generación de empresas particulares reguladas fundamentalmente por las leyes del mercado y por lo mismo definidora del papel del gobierno, como garante de la seguridad pública y el Estado Derecho pero con una función subsidiaria en la economía y la llamada izquierda progresista y socialista, más preocupada por la distribución equitativa de las riquezas entre todos los habitantes de un país, con un papel predominante del gobierno como rector de la vida económica del Estado.
En la segunda mitad del siglo XIX se dio en Europa la dicotomía entre estas dos grandes corrientes ideológicas con todas sus variedades de capitalismos y socialismos que se pudieran plantear, sobre todo en el segundo de los casos, en que se vio el surgimiento de variedad de los llamados por Carlos Marx, socialismos utópicos frente al por él denominado socialismo científico, desarrollado teóricamente junto con Federico Engels.
Durante la primera mitad del siglo XX la pugna entre estas dos grandes concepciones no sólo de la realidad económica y social de los pueblos, sino incluso también de toda su cosmovisión, condujeron a épocas de totalitarismos ideológicos de uno y otro signo, que acabaron confluyendo en una terrible segunda guerra mundial y posteriormente en una polarización económica de dos o tres mundos antitéticos: el capitalista, el comunista y el socialdemócrata, enfrentados en una guerra fría, no tan cruel como las dos guerras mundiales del siglo XX pero igualmente absurda y costosa para la humanidad.
La Tercera Vía se supone que es un compuesto que busca rescatar lo mejor que pudieran tener la socialdemocracia con esa continua preocupación por los más pobres y su énfasis en la búsqueda del “well fare state” o “estado del bienestar” con las ventajas específicas que en relación con el eficientismo y la capacidad para la generación de riqueza y la innovación tecnológica comprende el neo-liberalismo, aunque se supone que sin los defectos implícitos en ambas grandes ideologías contemporáneas el neo-socialismo democrático al estilo europeo y el neoliberalismo.
Giddens encontró en el plan de gobierno desarrollado en la Gran Bretaña por el primer ministro Tony Blair, la mejor plataforma de proyección de ésta que es promovida por sus seguidores como la mejor vía de planteamiento político para el siglo XXI.
En mi opinión personal la famosa Tercer Vía se acerca mucho más a los planteamientos típicos de los programas políticos socialdemócratas y por ende a las acciones de gobierno como las que han desarrollado personajes como el propio Blair, Felipe González y actualmente en Alemania el primer ministro Schroeder.
Estamos viviendo una época en la que el electorado huye de posicionamientos extremistas y opta por posiciones fincadas cerca de centros ideológicos hipotéticos, de ahí que incluso la misma denominación de Tercera Vía resulte ya un éxito, aunque en el fondo siga conteniendo toda una cosmovisión y un compromiso social y político muy bien determinado tendiente a la izquierda.