México, (Notimex).- Al menos unos cuatro y medio millones de feligreses acudirán el 11 y 12 de este mes a la Basílica, para venerar a la Virgen de Guadalupe, que al decir del Nobel de Literatura 1990, Octavio Paz, "es el consuelo de los pobres, el escudo de los débiles, el amparo de los oprimidos, en suma, es la madre e los huérfanos".
Paz, en su libro "El Laberinto de la Soledad", señala también, entre otras cosas, que "no es un secreto para nadie que el catolicismo mexicano se concentra en el culto a la Virgen de Guadalupe".
Comenta que "el culto de la Virgen (de Guadalupe) no sólo refleja la condición general de los hombres, sino una situación histórica concreta, tanto en lo espiritual como en lo material. Y hay más: Madre Universal, la Virgen es también la intermediaria, la mensajera entre el hombre desheredado y el poder desconocido, sin rostro: el extraño".
Según la tradición mexicana, el 12 de diciembre de 1531 en el Cerro del Tepeyac, que se localiza en el norte de esta ciudad, la Virgen de Guadalupe se le apareció al indio Juan Diego, quien primero fue beatificado y luego el papa Juan Pablo II lo convirtió en santo en mayo pasado, cuando visitó este país.
Durante todo el año, la nueva Basílica de Guadalupe, construida en 1976, es visitada por millones de feligreses de casi todo el mundo para rezarle a la Virgen, cuyo nombre, como es neutro, le es puesto a hombres y mujeres mexicanos.
La antigua, al igual que la nueva Basílica, ha sido visitada por infinidad de jefes de Gobierno y de Estado, como los entonces presidentes John F. Kennedy, de Estados Unidos; y el general Charles de Gaulle, de Francia, entre otras personalidades.
La mayoría de los cien millones de mexicanos creen en la Virgen de Guadalupe y siempre la invocan para pedirle su ayuda cuando tienen problemas, sobre todo de tipo económico.
El fraile dominico mexicano Fray Servando Teresa de Mier y Guerra (1765-1827), precursor de la independencia de su país, puso en duda en 1794 la aparición de la Virgen a Juan Diego, al calificar ese hecho como una "fábula".
Fray Servando, como es conocido en los anales de la historia de México, fue desterrado a Europa por haber pronunciado el llamado "Sermón Guadalupano", que puso en duda la aparición de la Virgen, llamada "Reina de los Mexicanos" y "Emperatriz de América".
El escritor mexicano Alfonso Reyes (1889-1959), que nació en la ciudad de Monterrey, al igual que Fray Servando, describió ese sermón como "audaz", un disparate teológico, debajo del cual se adivinaba claramente la intención separatista.
Hace ocho años el entonces abad de la basílica, Guillermo Schulenburg, coincidió con Fray Servando, al poner en duda la aparición de la Virgen, por lo que ha sido severamente criticado por los creyentes mexicanos y extranjeros.
En su sermón, Fray Servando también subrayó: "La tradición, pues, genuina de los indios no es que la Señora se apareció en la capa de Juan Diego, sino que la imagen que antes estaba escondida, se descubrió...".
"... y no es menos cierto que apóstatas los indios muy en breve de nuestra religión, maltrataron la imagen que seguramente no pudieron y Santo Tomás la escondió".
Igualmente comentó: "Uribe (no revela su nombre, ni su cargo), sabe que los españoles están siempre hablando contra la tradición de Guadalupe, que no creen... entre otras falsedades cuentan que la imagen de Guadalupe se pintó con las rosas que llevaba Juan Diego en su capa".
"Sólo me resta probar para concluir el sermón que la pintura de nuestra Señora es superior a toda humana industria; y equipo previniéndome mi fatigado auditorio dirá que está suficientemente comprobado por las razones y juramentos de los pintores antiguos y modernos, como también de los médicos sobre su milagrosa conversación".
"Desde luego ya tengo probado que la historia de Nuestra Señora de Guadalupe, en su fondo, no es más que la historia de la antigua Tonantzin que los indios veneraban en Tepeyac y a quien, dice Torquemada (Tomás de, fraile dominico e inquisidor español), sustituyeron los misioneros por la imagen de nuestra Señora de Guadalupe", escribió Fran Servando en sus memorias.
Hace varios años, al salir de cárcel bajo caución, un ex alto funcionario de la alcaldía de la capital mexicana, declaró a los periodistas: "Gracias a la Virgen de Guadalupe y a Juan Dieguito, estoy libre".
Muchos mexicanos juran ante la Virgen de Guadalupe que dejarán de ingerir bebidas alcohólicas y cuando desean volver a hacerlo recurren a las autoridades eclesiásticas de la citada basílica para solicitar un permiso, el cual nunca les es negado, y posteriormente dan una limosna de acuerdo con sus posibilidades económicas.
En infinidad de cabarets, bares y prostíbulos mexicanos, la imagen de la Virgen siempre es colocada a la vista de todo el mundo y por lo general a su lado también está un Cristo crucificado, "para que nos den la buena suerte", coinciden propietarios de esos lugares.
En 1997, una agrupación católica llevó a cabo un sorteo al que denominó Guadalupano y cuya misión era recabar fondos para brindar toda clase de servicios a los 20 millones de peregrinos que durante todo el año visitan las dos basílicas.
Como ocurre desde hace más de siete décadas, este año se ofrecerán las tradicionales Mañanitas a la Virgen de Guadalupe, en su Basílica, acontecimiento en el que cada año la cantante y actriz Lucero será la encargada de entonarlas.
Lucero estará acompañada en esta ocasión por Pablo Montero, María Victoria, Aída Cuevas, Queta Jiménez "La Prieta Linda", Ana Bárbara, Carlos Cuevas y Pedro Fernández.