Torreón, Coah.- Semidesnuda, sin huellas aparentes de violencia, con la correa del bolso de mano alrededor del cuello, fue encontrado el cadáver Éricka Pérez Escobedo en un lote baldío ubicado entre los fraccionamientos residenciales Paseo del Río y Magnolias a espaldas del templo San Lorenzo en Ciudad Juárez, Chih. Este homicidio de suma a los 248 más que se han registrado desde 1993 a la fecha, sólo que ella era oriunda de esta región.
Las primeras indagatorias realizadas por el Grupo de Fiscalía Especial para la Investigación de Homicidios de Mujeres de esa fronteriza ciudad, indican que su deceso fue a causa de una sobredosis de cocaína y que no fue atacada sexualmente, pese a que en un principio se especuló esto último.
Aunque el procurador de Justicia en el Estado, Jesús José Solís Silva, ratificó en un canal televisivo de Ciudad Juárez, que la muerte de Ericka fue por una sobredosis y no presentó huellas de violencia sexual, la opinión pública no cree en tal aseveración.
Incluso, Rosario Acosta, portavoz del grupo “Por Nuestras Hijas de Regreso a Casa”, dijo que a pesar de que se trató de separar el hallazgo del acto oficial que hubo el lunes 23 de los corrientes a las 11:17 horas, cuando se instaló el Instituto Estatal de la Mujer, donde estuvieron presentes el gobernador Patricio Martínez; el procurador estatal Jesús José Solís Silva, diputados federales y locales, así como el alcalde Jesús Alfredo Delgado, “parece como algo interrelacionado”, afirmó.
Resaltó que es muy alarmante el hecho que el hallazgo de otro cadáver se vea a la par del citado asunto oficial, ya que pudiera ser un afrenta declarada, subrayó.
En cuanto a los resultados de la necropsia, en el sentido de que la causa de la muerte fue una sobredosis de cocaína, Rosario Acosta consideró que como en todos los casos, las evidencias de pronto hablan más que los propios resultados, pues resulta un poco incongruente que alguien que muere por una sobredosis, también tenga el cordón atado en el cuello.
Esas, dijo, son las evidencias físicas a la vista conocidas además por muchos y contra el resultado de una necropsia de parte de la Procuraduría General de Justicia en el Estado (PGJE).
Pero, independientemente de los resultados, el hallazgo es el hecho de que esto no se termina, que persiste y es un problema latente, que de pronto tiene espacios, recesos, pero que continúa entre nosotros, este temor persistente de la muerte, añadió.
Ya sea verdad o no, esto es una muestra muy clara y muy abierta de que la muerte sigue presente, de que la muerte violenta está entre nosotros y yo creo que finalmente eso es lo grave, manifestó.
Lo demás, la controversia que se pueda generar alrededor de la credibilidad de la PGJE, hacia las organizaciones civiles, todo eso viene a ser parte de, pero no es lo esencial.
Ella se refiere a los 248 casos de mujeres asesinadas en Ciudad Juárez, que se han contabilizado desde 1993 hasta el presente año, de los cuales 63 han sido catalogados como sexuales o seriales, en tanto que el resto se clasifican por otros diversos motivos. A estas estadísticas se suma el homicidio de Erica.
Hace tiempo...
Con el objeto de obtener mayores ingresos familiares, Erica Pérez Escobedo, de 29 años de edad, oriunda y vecina del ejido Los Ángeles, municipio de Matamoros, Coah., decidió probar suerte en la fronteriza Ciudad Juárez, Chih., a donde emigró hace varios meses, según fuentes extraoficiales.
De tez morena, complexión delgada, cabello negro y rizado, de aproximadamente 1.65 metros de estatura, Éricka se olvidó de la psicosis desatada por el considerable número de muertes violentas cometidas en esa población hacia el sector femenil, la matamorense emprendió el viaje con la meta de obtener mejor remuneración con la cual ayudar en el gasto familiar.
Aún, las autoridades de la PGJE no establecen en qué lugar trabajaba, pues unas versiones indican que en un maquiladora, en tanto que otras la ubicaban en un bar, el caso es que luego de varias semanas de haberse acomodado en la fronteriza ciudad, envió el suficientes dinero a sus familiares para que se trasladaran hasta allá.
Fatal desenlace
A las 11:17 horas del 23 de septiembre del año en curso, un hombre que se encarga de cuidar una flotilla de camiones de carga que se ubica cerca de los fraccionamientos Paseo del Río y Magnolias, cuando se dirigía a realizar su labor, hizo el macabro hallazgo de una mujer sin vida, en un lote baldío, a la orilla del Camino Viejo a San Lorenzo.
La mujer, con todas las características se haber sido ultrajada sexualmente, se halló semidesnuda, con la blusa arriba de los senos y el pantalón y pantaleta debajo de las rodillas. La correa de la bolsa de mano se encontró alrededor del cuello, por lo que en un principio se pensó que fue estrangulada. Estos indicios sin embargo, hacen pensar que sea otra de las víctimas del homicida serial.
Las características de esta mujer son, de unos 30 años, estatura 1.65 metros, complexión regular, tez morena, cabello rojizo teñido; portaba blusa estampada con flores, pantalón caqui, sin huellas aparentes de violencia física o sexual y con posibilidades de que su muerte se registró en otro sitio y ahí la fueron a arrojar.
De momento no se logró establecer la identidad de la occisa, pero luego, más tarde, se dio a conocer que en la bolsa de mano se halló una credencial del Instituto Federal Electoral (IFE) a nombre de Erica Pérez Escobedo, originaria del ejido Los Ángeles, municipio de Matamoros, Coah.
Después de las especulaciones que fue víctima del asesino serial, el vocero de la Subprocuraduría General de Justicia en el Estado, Marco Antonio Moreno Figueroa, dijo que la mujer murió de una sobredosis de droga, incluso, dijo, en el cuerpo de la joven se hallaron residuos de cocaína.
Este mismo funcionario dijo que agentes de la Fiscalía Especial investigan la identidad de la persona con la que estuvo la mujer antes de morir, con la finalidad de esclarecer en su totalidad este nuevo crimen, que nadie cree que es un caso aislado.