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Las estafas telefónicas, nuevo modelo delictivo

Llama un sujeto diciendo ser agente de una corporación policiaca y dice que un familiar ocasionó un accidente y si lo quieren libre, depositen...

Torreón, Coah.- El timbre del teléfono puso a temblar a la familia Martínez. Ya había sonado antes y la advertencia fue clara: “si no deposita 20 mil pesos, su hermano irá a la cárcel por atropellar y matar a un niño”. Ahora querían una respuesta.

Desde hace más de un año decenas de personas han sido víctimas de estafa telefónica. Así la llaman las autoridades. La mecánica del ilícito es la misma en todos los casos: primero contactan a la familia, alguien se identifica como comandante de la Policía Federal Preventiva o de alguna otra corporación y asegura que un primo, tío o hermano, ha sido responsable de un accidente automovilístico y está detenido, después por liberarlo exigen de 10 mil a 20 mil pesos.

En medio de la confusión y la incertidumbre, muchas personas han caído en el engaño, depositan el dinero en la cuenta bancaria proporcionada por el extorsionador, después las llamadas cesan y horas más tarde se dan cuenta que han sido víctimas de una estafa telefónica y sus familiares están bien.

La mañana del lunes Santiago Martínez recibió una llamada telefónica. El nombre es ficticio para no poner en riesgo su integridad física. Alguien se identificó como comandante de la Policía Federal Preventiva y le dijo que su hermano estaba detenido, pues venía huyendo de Estados Unidos porque había matado a un niño al atropellarlo.

Sin embargo la estafa telefónica esta vez no funcionó. Santiago tenía enfrente a su hermano, quien efectivamente había llegado de Estados Unidos pero hacía ya un mes, sin embargo le siguió el juego al estafador para tratar de investigar de qué se trataba.

A Santiago le pidieron depositar 20 mil pesos en la cuenta bancaria 5177710403979792, el nombre del titular también fue proporcionado: Guillermo Galavis Esquer, además le dieron un número de teléfono celular 013310033903.

A la fecha Santiago no se explica cómo supieron su número de teléfono y el nombre de su hermano. “Lo bueno fue que mi hermano estaba en la casa cuando hablaron y como no les funcionó no han vuelto a llamar”.

Al igual que Santiago, la señora Guadalupe Rosas recibió una llamada telefónica la mañana del lunes. Le dijeron que su hijo estaba detenido en los Estados Unidos y le solicitaron 20 mil pesos para ponerlo en libertad. Esta vez sí funcionó la estafa.

A Guadalupe le dijeron que su hijo sería enviado en avión a Torreón una vez que depositara el dinero. Se dirigió al banco y luego al aeropuerto, ahí se cansó de esperar, después se dio cuenta que todo era mentira.

La vida de las personas nunca está en peligro

Enrique Ruiz Arévalo, director general para la Investigación del Secuestro y Crimen Organizado en el Estado, alerta a la ciudadanía: se debe hacer caso omiso de las llamadas denominadas estafas telefónicas. Asegura que la vida de las personas nunca está en peligro.

Desde hace dos meses varias personas han acudido al grupo “Antisecuestros” a solicitar ayuda. Ahí denuncian que a diario reciben llamadas telefónicas donde les advierten que en caso de no depositar cierta cantidad de dinero en una cuenta bancaria, la vida de sus familiares estará en peligro.

“Nosotros hemos tenido contacto con varias personas afectadas, uno de los casos fue de un vendedor del mercado Abastos, a quien amenazaron con hacerle daño a su familia si no depositaba 75 mil pesos en una cuenta de Elektra”.

Como el afectado no contaba con todo ese dinero en efectivo, sólo depositó ocho mil pesos, después las amenazas siguieron y fue cuando solicitó la ayuda de la Dirección para la Investigación del Secuestro y Crimen Organizado.

“Este tipo de bandas está integrada por dos tipos a lo mucho, le hablan a diez diferentes personas por día para ver cuál pega, lo que nos inquieta es cómo le hacen para conseguir los datos de los integrantes de la familia”.

Se ha detectado en algunos casos que las familias afectadas días antes recibieron una llamada solicitando datos, se identifican como personal de la Procuraduría Federal del Consumidor o del Instituto Federal Electoral, así logran recabar información.

“Aparentemente así han logrado conocer los nombres de los integrantes de la familia, lo recomendable al recibir este tipo de llamadas es no negarse a pagar y darles largas, decirles que van a pedir prestado, que van a empeñar su coche o hipotecar su casa”.

Ruiz Arévalo señala que las víctimas deben dar muchos argumentos a los estafadores y en su opinión la vida de las personas nunca está en peligro. Todo se reduce a amenazas por teléfono.

Sin embargo, Ruiz Arévalo reconoce que las llamadas logran intimidar a las familias, por eso en la mayoría de los casos caen en el juego de los estafadores. “Son bandas de chicle y pega, con tres mil pesos que logren sacar ya es ganancia para ellos”.

Las personas que han solicitado el apoyo de la Dirección General para la Investigación del Secuestro y Crimen Organizado, se les ha proporcionado vigilancia especial hasta garantizar que no hay ningún riesgo.

“Es difícil para nosotros ubicarlos porque hablan de teléfonos públicos o de celulares, las cuentas bancarias que han proporcionado en los últimos días son de Puerto Vallarta y Guadalajara, Jalisco”.

Lo más terrible, dice, es cuando los estafadores utilizan a personas que se hacen pasar por los familiares supuestamente detenidos: “les hablan en tono lloroso y desesperados, como gritando, por eso no les logran identificar la voz y creen que son ellos”.

Es importante, agrega, estar alerta al momento de que el teléfono suene: “no se deben dejar engañar, es importarte que traten de comunicarse con los familiares supuestamente detenidos, nosotros también les podemos ayudar, se pueden comunicar al número 713-56-25 para proporcionarles orientación”.

Los bancos en alerta

Las instituciones bancarias tienen conocimiento de la llamada estafa telefónica desde hace un año. Los timadores proporcionan a los afectados números de cuentas bancarias y nombres de propietarios reales.

Por políticas empresariales y por razones de seguridad no se da a conocer el nombre de la institución bancaria que proporciona la información respecto al ilícito denominado “estafa telefónica”.

“Las personas afectadas depositan el dinero, cuando se detecta esto se pone en prevención la cuenta, pero los timadores pueden abrir otra o solicitar una orden de pago a cualquier sucursal, es fácil para ellos”.

Cualquiera puede abrir una cuenta en el banco, basta con llevar una credencial de identificación, comprobante de domicilio y depositar mil pesos por apertura.

Hasta el momento las instituciones bancarias no han logrado rastrear a los responsables a través de los números de cuentas bancarias proporcionadas a los afectados. El quebranto no es para la institución sino para las personas, en algunos casos no son ni siquiera clientes.

“Para el personal del banco es difícil preguntar del por qué de los retiros de efectivo, no se puede cuestionar al cliente porque tal vez los intentarían involucrar, tal y como ha pasado cuando alguien retira dinero del banco y al llegar a su casa lo asaltan, después dicen que las cajeras están coludidas”.

El nombre y el número de cuenta proporcionados siempre existen porque de lo contrario los estafadores no podrían retirar el efectivo. “Lo hacen a través de tarjetas de débito porque no tienen que acudir a ninguna sucursal para sacar efectivo, pueden hacerlo en cajeros, además se ha detectado que acuden con credenciales de elector falsas o con alguna irregularidad”.

Cuando el banco tiene una cuenta prevenida y alguien llega a retirar dinero en efectivo a la ventanilla, inmediatamente se manda una señal de alarma a las autoridades pero para cuando llegan, las personas ya se retiraron de la institución.

“Lo más recomendable es que cuando alguien reciba una llamada amenazando con meter a la cárcel a algún familiar, se traten de comunicar con ellos antes de acudir al banco, deben comprobar si es verdad, es la única forma, la gente no se resiste porque los presionan de tal manera que los atemorizan, los amenazan, por eso acceden”.

Las autoridades de otros Estados se niegan a cooperar

En la Procuraduría General de Justicia en el Estado, Delegación Laguna I, se han interpuesto ocho denuncias por estafa telefónica.

Carlos Andrés Pérez Álvarez, agente investigador del Ministerio Público de Delitos Patrimoniales Distintos al Robo, Mesa I, señala que son más los casos de estafa que las denuncias interpuestas.

Ninguna denuncia ha sido esclarecida, dice, pues se han enviado oficios de colaboración a los Estados donde se ha detectado que pertenece la cuenta bancaria proporcionada por el estafador, pero la respuesta ha sido nula.

En las denuncias interpuestas en la Procuraduría la mecánica de estafa ha sido la misma, primero una llamada de teléfono, luego la amenaza. La cantidad solicitada no ha rebasado los 10 mil pesos.

“Lo importante para esclarecer estos casos es que las procuradurías de otros Estados participen con nosotros, los estafadores no son de aquí, pero todos los oficios que hemos mandado se han quedado sin respuesta”, asegura el Agente del Ministerio Público.

Recomendaciones

*Cuando reciba una llamada de amenaza, inmediatamente trate de comunicarse con sus familiares.

*Nunca diga que no a los estafadores

*Deles una serie de argumentos para hacerles creer que requiere de tiempo para juntar el dinero

*Acuda a las autoridades para solicitar ayuda

*Proporcione al banco el número de cuenta para que la tengan prevenida

*Trate de mantener la calma, las autoridades aseguran que la vida de las personas nunca está en peligro.

*La mayoría de las víctimas tienen familiares en Estados Unidos, trate de mantenerse siempre en contacto con sus parientes para evitar ese tipo de sorpresas.

Así trabajan los estafadores

Eran las ocho de la mañana cuando sonó el teléfono en la casa de Georgina, una ama de casa de clase media en esta ciudad.

Al otro lado de la línea se escuchó una voz de hombre, gruesa, autoritaria y que preguntó por la señora de la casa.

-Yo soy, dígame, le contestó Georgina.

-Mire señora, soy el oficial Ernesto González de la Policía Federal de Caminos y le estoy hablando de Monclova, resulta que un joven que dice ser su sobrino sufrió un accidente y chocó con una camioneta en donde resultaron dos personas lesionadas y necesita dinero para pagar los gastos y los daños, pues de otra forma me veré en la necesidad de dejarlo detenido y consignarlo.

-¿Quién es, de quién se trata?, yo no tengo sobrinos en Monclova.

-No señora, él no es de aquí, viene de Estados Unidos y dice que va a Torreón a visitarla, déjeme se lo paso.

Enseguida se escucha una nueva voz, esta vez se trata al parecer de un sujeto joven, con tono entre preocupación y susto. No se le identifica bien, pues al parecer puso un pañuelo o algo sobre la bocina del teléfono, y dice:

-Tía, tía soy yo, ayúdeme por favor, me accidenté.

¿Quién eres, de dónde vienes?, no se quien seas.

Y el sujeto vuelve a contestar, -soy yo tía, vengo de Estados Unidos.

Georgina angustiada y recordando que en el vecino país del norte se encuentra una hermana con varios de sus hijos, comete el error de ponerle nombre al interlocutor y le dice: -¿Eres tú Jaime?

-Sí tía, soy Jaime, ayúdeme poor favor, necesito que me preste 15 mil pesos, depositelos a la cuenta que le dice el oficial para poder irme, llegando a Torreón se los pago, lo que pasa es que en este momento no traigo efectivo suficiente pues me cobran 25 mil pesos de daños y sólo traigo diez mil.

De nuevo se escucha la voz del supuesto oficial de la Federal de Caminos, quien le dice, mire señora, ya identificó a su sobrino, haga una orden de pago en el Bancomer que se encuentre más cerca de usted, hágala a nombre de Margarita Hernández, en la sucursal uno de Guadalajara, Jalisco. En este momento son las ocho veinte de la mañana, le voy a dar de plazo hasta las once de la mañana para que haga el depósito.

A las once le llamo para que me dé el número de la orden de pago y si no ha hecho el depósito, me veré en la necesidad de consignar a su sobrino por daños en propiedad ajena, lesiones y otros cargos más que tiene.

La llamada se cortó y Georgina se quedó llorosa con el teléfono en la mano, sin saber qué hacer ni a quien acudir, estaba sola en la casa y su esposo estaba de viaje, ni cómo consultarle. Lo peor, no tenía los quince mil pesos que su “sobrino” le solicitaba.

Lo primero que se le ocurrió fue hablarle a su hermana y contarle lo que había ocurrido, ambas empezaron a llorar y a hacer un recuento de las personas que les podrían prestar el dinero, ya que ellas, entre ambas apenas lograban juntar seis mil pesos.

Fueron con la comadre de una de ellas, quien luego de enterarse del problema les prestó cinco mil pesos; les faltaban cuatro y decidieron ir con un amigo de la familia, quien accedió a prestarles los cuatro mil pesos faltantes, pero les recomendó que antes verificaran todo, porque él tenía conocimiento de que ya habían timado a algunas personas con ese truco. “Mire Georgina, el dinero aquí está, pero primero llame a su hermana a Estados Unidos y verifique que su sobrino Jaime viene a visitarla”, le dijo.

Las hermanas se desconcertaron, dudaban en hablar porque si su hermana no estaba enterada del accidente, con la llamada la iban a asustar y ella padece del corazón.

Lo pensaron, lo hablaron y por fin se decidieron; llamó Georgina a Los Ángeles en donde se encuentra su hermana Ale y ésta le contestó. Luego de los saludos de rigor, vino la pregunta clave: “Oye Ale, y Jaime, ¿cómo se encuentra?”, la respuesta fue contundente: “Bien hermana, él y los muchachos, los tres se acaban de ir a trabajar hace como diez minutos”.

Georgina no pudo más y soltó el llanto mientras que le pasaba el teléfono a su hermana para que siguiera la conversación con Ale, a la que le tuvieron que explicar todo lo ocurrido y el intento de estafa.

El falso agente federal volvió a llamar a las once de la mañana para pedir el número de la orden de pago, pero ahora las cosas fueron diferentes, Georgina le dijo: “Qué bueno que habla oficial, ya le llamé a un abogado que vive ahí en Monclova y que es amigo de mi esposo, dice que él se hará cargo de todos los gastos, sólo que me diga dónde lo ubica para llevarle el dinero”.

Porel otro lado de la línea se escucha... “Bueno, bueno, señora, no se oye bien, hay mucha interferencia, bueno, bueno...” y se cortó la comunicación para no reanudarse más.

Este es un caso ocurrido hace apenas dos semanas y relatado por una de las personas que se iban a ver afectadas, ella lo describió como aquí se relata y pidió a El Siglo de Torreón publicarlo para orientar al resto de los lectores y que ya no ocurran estas ilícitos. Tenga cuidado.

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