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Las laguneras opinan.../Casinos y valores

Lucrecia Martínez

El día de ayer leí dos noticias que me gustaría comentar: la primera dice que se contempla ampliar el poder a las iglesias y la segunda que prácticamente están autorizados los casinos en México.

Sobre el primer punto se señala que se incrementará el poder de la iglesia autorizándoles la posesión de medios de comunicación no impresos, la asistencia espiritual en los hospitales y la inclusión de valores universales en los planes y en los programas de educación, “sin renunciar a la educación laica”. Como si la Iglesia, a menos la Católica, no tuviese suficiente poder ¿por qué complicar más las cosas? ¿Qué no estamos viendo el resultado de los fundamentalismos? vamos a acabar matándonos, católicos contra protestantes, sectarios, musulmanes, judíos, krishnas a lo que podemos agregar globalifóbicos y ambientalistas, esto me parece que se convertirá en un bumerang y será fuente de discordia.

¿Cuál de los valores de cuál de las creencias son los que van a prevalecer? Es de entenderse que por este momento la que llevará la voz cantante será la Iglesia Católica, pero deberán tener en cuenta quienes promueven estas reformas o medidas, como prefieren decirles, que la iglesia con mayor crecimiento en el mundo es la Mormona y la de más población es la Musulmana ¿qué va a pasar cuando quienes decidan nuestros destinos no sean los actuales muy católicos, miembros del gabinete? Esto me parece irresponsable, laico, señores es laico, no se puede ser tantito laico, es sin ninguna iglesia, los valores universales los encontramos en las ciencias humanas como la Ética y la Filosofía, la educación con orientación religiosa se debe dejar a los colegios particulares que se basan en una clientela que decide y puede pagar por lo que quiere, pero en las escuelas públicas añadiría un problema más, que sería decidir qué orientación van a recibir los niños y cómo se les va a aplicar esta serie de medidas, ¿rezarán el Padre Nuestro y el Ave María o ninguno y simplemente un “que Dios los bendiga”? Sería más recomendable sacar ambas disciplinas del cajón de los recuerdos e incluirlas en el sistema educativo, porque desgraciadamente, hasta horita ninguna religión ha detenido a nadie por abusar de su prójimo, inclusive hasta matarlo; no hay nada encima de la religión sobre todo si se combina con política y grupos étnicos, que encienda las pasiones y para ejemplo tenemos Irlanda y el Oriente Medio.

Resulta irónico al mismo tiempo que se hable de valores y religión, se anuncie como el gran logro la inminente autorización de casinos en México. ¿Y cuáles son los valores trascendentales del este giro de negocio? Qué moral tan doble, o será que quieren a sus hijitos todos lindos y protegidos y que ellos se mantendrán alejados en función de creencias. Los casinos requieren unos controles enormes, ya decía Donald Trump, a lo que se había enfrentado cuando abrió su primer casino en Atlantic City, se tardó seis meses en operar, ya terminado el casino por la disputas de las mafias sobre quiénes de ellos serían los que ofrecieran los servicios, quién la mantequilla, quién el contrato de trabajo, quién los vinos, etc. y estamos hablando del país, supuestamente, del Estado de Derecho y con los candados más fuertes en materia de corrupción.

Imagínese usted, lo que nos llegará con el juego, no tengo que mencionarlo cualquiera se puede imaginar, pero de seguro enormes lavanderías de dinero, generalmente de la venta de estupefacientes, lo suficiente para desestabilizar cualquiera de los poderes de gobierno establecidos.

Una sociedad que está pasando por momentos tan complicados, financieros, de credibilidad, de trabajo, de disolución familiar, a esa sociedad se le va a vender como maravilloso las casas de juego, por favor, el que haya asistido a un casino sabe perfectamente que siempre se tiene crédito, pero ¡ay de aquél que siquiera piense en no pagar!, no va a encontrar en ningún lado dónde esconderse y qué decir de los jóvenes, sobre todos los famosos “juniors” de esta sociedad. Por un lado el oscurantismo y por otro el modernismo, suponiendo que todo mundo decide con responsabilidad sus actos.

Una vez más vemos la prioridad de los compromisos del Ejecutivo federal, si sube el raiting un beso en la mano o las clases de catecismo o un canal o diez canales religiosos, no importa, aunque a él mismo eso de los pecados no le quita el sueño. Se decide con una gran irresponsabilidad temas que pueden repercutir de manera decisiva en el destino de una nación, si eso es lo que nos quiso decir con planes a veinte años, pues no gracias, para mí prevalece únicamente más de lo mismo, la constante improvisación, la agenda personal y desde luego los muchos compromisos de sus “Amigos” que para algo lo pusieron ahí y como siempre los temas importantes tendrán que esperar y el pueblo, como dice el Presidente, nada más se sabe quejar. Simplista forma de gobernar.

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