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Las laguneras opinan.../¡Cuánto hemos avanzado!

Rosario Ramos Salas

Quienes afirman que el estado de las cosas en el ámbito electoral es el mismo que el de hace algunos años, están equivocados o son gente escéptica que no quiere ver la realidad.

En los últimos años los avances en materia electoral han sido enormes. Basta con hacer un recuento de los hechos y lecciones que nos deja el pasado proceso electoral del día 29 en el cual los coahuilenses renovamos las 38 presidencias municipales y el congreso local.

Desde un principio el proceso y la selección de candidatos generaron expectación, dado que estrenábamos una nueva ley electoral, que había sido discutida previamente por diferentes organizaciones políticas y la sociedad civil y más tarde aprobada por unanimidad en el Congreso del estado. Los partidos políticos representados en el Congreso estuvieron de acuerdo en que las elecciones se regirían por dicha ley.

Es una ley donde quien organiza las elecciones es un órgano independiente y ciudadano. El Instituto Estatal Electoral de Participación Ciudadana de Coahuila está conformado por ciudadanos comunes y corrientes, nombrados por el Congreso del estado a propuesta de los partidos políticos. El marco jurídico debió haber ofrecido un mínimo de confianza y creo que lo logró, lo que habla de un gran avance. No se vale ahora que lo descalifiquemos. Se puede mejorar es cierto, pero no denostar la ley.

El domingo 29, después de campañas muy competidas, por lo menos en nuestro municipio, lo cual se vio reflejado en que éste fuera el que tuvo el porcentaje más alto de votación, los votantes acudimos libremente a votar. El clima de la jornada fue de tranquilidad y respeto. Los partidos alentaron el voto - de eso se trata; en estos tiempos no creo que aunque se facilite el traslado de gente a las casillas, en el momento de emitir su voto, los votantes respondan a presión alguna.

La noche de ese mismo domingo se tenían ya resultados preliminares para todo el estado que, en el caso de Torreón marcaban una tendencia favorable a Guillermo Anaya, candidato del PAN. Años atrás contar con resultados al final de unos comicios era impensable.

La mañana del lunes, la mayoría de los ciudadanos conocíamos a través de los medios de comunicación los resultados de la elección. El ciudadano común y corriente iniciaba la semana de trabajo ya conociendo con seguridad quién gobernaría la ciudad los próximos tres años y sin sobresaltos de elecciones impugnadas, manipuladas o robadas.

El martes el Comité Municipal Electoral entregaba la constancia de mayoría al candidato triunfador y a su planilla. Impensable también cuando hace algunos años esto se podía alargar por un buen tiempo con el consabido desgaste para la ciudad. Con esto el proceso electoral se daba por terminado. Podrá haber impugnaciones que deberán seguir el curso normal de acuerdo a la ley electoral, pero esto no entorpece que los nuevos equipos se preparen para asumir el cargo.

El triunfo es pues de todos los ciudadanos. Quienes ganamos y avanzamos somos los ciudadanos porque cada elección votamos con mayor madurez, con más conocimiento de los candidatos, de sus propuestas y programas, con más sensibilidad a los problemas y a lo que queremos. Ya no es fácil que los partidos compren votos, que la gente se deje manipular o influenciar por una despensa. Ahora se vota más con la razón y no con la víscera. Nuestra democracia se perfecciona día con día, cuando cada ciudadano ejerce de verdad la ciudadanía. Se informa, se educa, vota, exige, habla, participa, trabaja y se gana la vida honestamente.

Los resultados en el estado son aleccionadores. Nos hablan de un electorado más diversificado y educado, que vota por personas y no por partidos, que puede votar de manera diversificada, que razona su voto. Que prefiere la alternancia porque piensa que las autoridades trabajarán mejor. La ley no pudo haber favorecido a un solo partido o al partido en el gobierno, cuando el espectro de partidos en el estado corresponde a un 53.5 % de población que será gobernada por el PRI; un 32.8 por el PAN y un 13.6 por otros dos partidos.

Los ciudadanos salimos ganando cuando los resultados en las elecciones son cada vez más cerrados lo que obliga a los partidos a escoger a su mejor gente, a ser más creativos en el diseño de sus campañas, - que bueno que no hubo carteles y propaganda pegoteada por toda la ciudad, fue una gran ventaja.

Los partidos políticos, si quieren ganar deberán ser más respetuosos de la ciudadanía, no malgastar en las campañas y hacer propuestas inteligentes que convenzan y ofrezcan posibilidades reales de mejoramiento para todos.

Por eso digo que hemos avanzado mucho. En la democracia se gana o se pierde. Se alterna, se escucha, se propone, se cumple. Claro está que no podemos descuidar nuestra incipiente democracia con algo muy importante que es educar a los niños con el ejemplo venciendo la apatía al no acudir a las urnas cuando es la oportunidad que tenemos los ciudadanos para elegir autoridades. El acto de votar no me tomó más de dos minutos. No había excusa.

garzara1@prodigy.net.mx

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