EDITORIAL Columnas Editorial Caricatura editorial

Las laguneras opinan/La agenda para el 2003

Rosario Ramos Salas

Pasada la celebración de la Navidad y con el año a punto de terminar, se impone revisar los temas a los que habremos de estar atentos en el 2003 y que seguramente ya se cocinan en el mundo, en el país y en la ciudad.

En el ámbito internacional, la guerra en Iraq parece ser inevitable para sus actores, tanto para el presidente George W. Bush y su principal aliado Tony Blair, como para la contraparte, Saddam Hussein, quien cree que el trabajo de los inspectores de las Naciones Unidas apunta a justificar y fabricar pretextos para que Estados Unidos invada Iraq o provoque un golpe de Estado. Las fuerzas iraquíes se preparan para un posible ataque del ejército norteamericano y estar listos para el momento de iniciar la guerra. Juan Pablo II, por su parte, en su acostumbrado mensaje navideño hizo un llamado a evitar la guerra en Iraq y pidió para que las religiones pongan fin al conflicto en Tierra Santa, al que nombró como “una espiral de violencia ciega sin sentido”, lo cual resulta triste y preocupante para todos.

Lo anterior seguramente definirá la economía de las grandes potencias para el 2003 y por supuesto afectará las economías que como la nuestra, dependen en gran medida de la del país vecino.

¿Qué nos dice este afán bélico de los americanos o de un presidente que a toda costa quiere la guerra? Nos habla de un país que busca a cualquier precio controlar la riqueza del mundo y el futuro de países, donde los intereses económicos convienen a sus políticas. El clima es de inestabilidad y tensión, lo que provoca luego una intervención y convertirse así en salvadores. Estas son las circunstancias que prevalecen en el mundo cuando el 2003 va iniciar. Aunque en el ambiente hay una sensación de incertidumbre, debemos como siempre apostarle a la vida y a la esperanza.

En el ámbito nacional, los partidos políticos cocinan ya el platillo principal que serán las elecciones intermedias y todo lo que ello traerá consigo. ¿Qué significa este proceso en la configuración de las fuerzas políticas para la segunda mitad del gobierno de Vicente Fox? Su gobierno no ha logrado del todo convocar a un acuerdo político, por lo que los avances en los diferentes asuntos pendientes han sido pocos. Los partidos deberán recomponerse y esperar que los nuevos legisladores dejen atrás intereses partidistas y vean por el beneficio de la nación. El trabajo del Presidente será lograr con más inteligencia una convocatoria que le permita lograr acuerdos y buscar avances sobre todo en las reformas impostergables como la eléctrica y la laboral donde tanto rezago hemos acumulado por años. Es una oportunidad de oro que no debemos una vez más desperdiciar y que el Presidente debe ver como su verdadero triunfo.

En el ambiente local, la ciudad ha sido confiada a Guillermo Anaya, cuya victoria significa que Torreón ha entrado en la alternancia política y que trabajará en relación con un Gobierno Estatal de partido diferente. ¿Qué esperamos como ciudadanos del nuevo gobierno? Esperamos en primer lugar que haya una buena relación entre un gobierno panista y un gobernador priista, pues ello traerá beneficios para nuestra comunidad. La palabra la tiene Guillermo Anaya y dependerá de él y de su inteligencia entablar una relación de respeto y de colaboración con Martínez y Martínez. Esperamos también que con los integrantes de su equipo de trabajo puedan dar solución a problemas que no han terminado de resolverse. Por ejemplo, continuar con la modernización del transporte público, lograr la reubicación y ordenamiento de los ambulantes, así como la construcción del estacionamiento en el centro, para que su transformación no se detenga. Otro asunto importante es el tráfico cada vez más complejo y las vialidades, cuyo problema lo vivimos, tanto automovilistas como peatones y transporte urbano todos los días.

Pero lo más importante es esforzarse para que los diferentes actores de la sociedad torreonense trabajen en armonía y en pro del mejoramiento de su nivel y calidad de vida, lo que se traduce en un activo intangible y a veces poco valorado en una comunidad. Asegurar que la gente tenga trabajo digno, vivienda, educación y seguridad, es el verdadero trabajo de un gobernante.

Guillermo Anaya es, seguramente un enamorado de su ciudad y por ahí deberá empezar. Por sentirse orgulloso de la comunidad que lo vio nacer, donde se educó y donde ahora tiene la oportunidad, junto a todos nosotros, de lograr que Torreón siga en el camino de ser una ciudad pujante y moderna. Desde aquí le deseamos éxito en su gestión y a todos los laguneros y laguneras un feliz 2003.

garzara1@prodigy.net.mx

Leer más de EDITORIAL

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 14723

elsiglo.mx